Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Palma a Palma

Noche de Reyes

Alejandro Jodoroski dijo una gran verdad: "Los niños vienen con algo que después perdemos"...

La Noche de Reyes contiene algo muy profundo. manu mielniezuk

Alejandro Jodoroski dijo una gran verdad: "Los niños vienen con algo que después perdemos". Existe un claro magnetismo que imanta todo cuanto tiene que ver con la infancia. Es algo que recuerdas vagamente, pero que sobre todo electriza muchas escenas y personajes del pasado. Que vistos con la distancia, te parecen mágicos, irreales, totalizantes. Muy distintos a la vida lineal y rutinaria de lo adulto.

Si algo constituye una prueba de ese secreto poder es el día de Reyes. Es un tema sobre el que se escribe y se escribe. Se trivializa y se da alas a la nostalgia. Pero de esa manera nunca se alcanza el auténtico núcleo de su poder. Esa atracción que hace de una noche cualquiera un acontecimiento especial. Que dimana poder e inocencia, y que convierte también a los adultos en un poco niños.

Aparte de los disfraces, los camellos, y las cabalgatas, la noche de Reyes contiene algo muy profundo. Como es la proyección del mundo de los sueños en la realidad.

Probablemente, ese "algo" al que se refiere Jodoroski es la convivencia de lo real con lo imaginario. En la mirada de los niños se advierte un componente alucinado. Una visión capaz de hacer posible lo imposible, y confundir el sueño con la vigilia. Ese puente entre lo racional y lo imaginario es el que genera un universo de luces, pasos nocturnos, regalos empaquetados, caramelos, sonrisas y esperas nerviosas.

La noche de Reyes es una especie de concesión que hacemos para escapar de la cruda realidad de las cosas. Y al hacerla, nos damos cuenta de que también necesitamos ese recurso a lo onírico y lo extraordinario. Que también forman parte de la vida, aunque de un modo difícil de advertir.

Nos damos cuenta fugazmente apenas por unos segundos de ese poder extraño que tuvimos de niños y que ya hemos perdido.

Compartir el artículo

stats