Abucheos, gritos, insultos, pitidos. Un año más la violencia verbal entre españolistas y catalanistas deslució la ofrenda floral al rey Jaume I, uno de los actos principales de la Festa de l'Estendard de Palma.

Aunque el año pasado parecía que las aguas se calmaron gracias a que la policía distanció a los dos bandos alejando las vallas de seguridad, ayer el dispositivo fue como antaño. Apenas seis metros separaban a unos y otros, lo que animó y multiplicó los gritos.

"Catalans, forasters", "Hila, sinvergüenza" o "hijos de puta" fueron algunos de los gritos proferidos por los españolistas. Entre los catalanistas hubo reclamos a favor de la independencia y espetaron a sus rivales ideológicos frases como "subnormals" o "pim, pam, pum, que no en quedi ni un".

En segundo plano quedó la ofrenda floral, el acto solemne en que 25 entidades y 5 instituciones rindieron homenaje al rey En Jaume, líder de la reconquista de Mallorca en 1229.

Duró unos veinte minutos y participaron principalmente partidos políticos y asociaciones culturales. Este año destacó la ausencia de una asociación de artes marciales y otra de cetrería que acudían cada año. Se incorporaron una de la Orden del Temple y una de chinos que viven en Balears.

En el lado institucional, la UIB, el Govern, el Consell, el Parlament y, por último, el Ayuntamiento de Palma también depositaron sendas coronas a los pies de la estatua del rey Jaume I, mientras sonaba La Balanguera, que también fue afeada por el griterío

La polémica por la cinta que acompaña a las medallas de la ciudad (las que llevan del cuello los regidores en los actos oficiales) regresó por segundo año.

De los 20 regidores que asistieron, once llevaron la medalla de la ciudad con la cinta de la bandera de España (entre ellos, todos los regidores del PP y algunos de C's y PSOE). El cordoncillo de la bandera cuatribarrada (impulsado el año pasado por el tripartito) se quedó en minoría, con solo nueve personas que lo portaron.

De los 29 concejales que hay en Cort, 15 asistieron a la misa previa a la ofrenda floral, que se celebró en la iglesia de Sant Miquel. Acudieron unos 80 feligreses, menos que en años anteriores. Acompañado por el rector Antoni Gómez, la presidió el administrador apostólico Sebastià Taltavull. En su sermón, Taltavull habló de los refugiados y del respecto a las personas mayores. El acto finalizó con el canto de la salve a la Mare de Déu de la Salut.

El día grande de la Festa de l'Estendard será hoy sábado. A partir de las diez de la mañana en la plaza de Cort comenzarán los actos oficiales con la colocación del pendón real frente al Ayuntamiento.

A las doce se leerá el poema La Colcada, de Pere d'Alcàntara Penya. La jornada proseguirá con el nombramiento de Alexandre Jaume como hijo ilustre de Palma y la entrega de las cinco medallas de oro de la ciudad a personajes y entidades destacadas para la ciudad. Hacia las 13 horas el discurso del alcalde, José Hila, pondrá el broche a la celebración.