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Trama corrupta

Dejan libres a los dos policías locales implicados en la trama de espionaje

La Audiencia impone una fianza al excomisario Estarellas y a la agente que estaba en prisión

La Audiencia de Palma decidió ayer la puesta en libertad de los dos policías locales que estaban en prisión, acusados de estar implicados en la trama de espionaje que investiga el juez Penalva. Se trata del excomisario Rafael Estarellas y la agente Francisca García. Esta decisión de la Sala se adopta, no solo en contra de la fiscalía Anticorrupción, sino también del propio juez instructor, que consideraba que ambos agentes debían estar en prisión ante la posibilidad de que pudieran eliminar pruebas o influir en testigos. La Audiencia acepta el recurso planteado por los abogados Gerard Palmer y Andrés Buades, y fija una fianza de 3.500 euros para cada uno de los dos funcionarios de Cort que llevaban tres semanas ingresados en prisión. Ambos abonaron ayer el dinero y por la tarde abandonaron el centro penitenciario.

Precisamente, el próximo lunes ambos policías locales han sido citados a declarar otra vez. Se les relaciona con un archivo que está encriptado, en el que supuestamente aparecen informes de espionaje sobre determinadas personas, entre las que habría políticos, jueces y fiscales. También están relacionados con un archivo, que contiene la información sobre la investigación que se realizó sobre una antigua colaboradora del exalcalde Isern y el acta de incautación de droga que se realizó sobre el hijo de esta mujer. Esta intervención, realizada a las puertas de un instituto de Palma, no fue nunca comunicada a la familia del menor y de hecho el acta no se tramitó. En el archivo que recuperó el juzgado aparece este acta de droga, junto a información personal de la colaboradora del alcalde y de sus familiares.

Esta investigación la realizó una unidad de información de la Policía Local que, precisamente, dirigía el entonces comisario Estarellas. Otro de los datos más sospechosos es que, precisamente, la memoria del disco duro del ordenador que utilizaba la policía Francisca García, en el que precisamente se guardó el archivo del seguimiento, fue borrado.

Los policías investigados negaron cualquier irregularidad. La mujer policía no pudo explicar el motivo por el que se había eliminado la memoria de su ordenador.

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