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Palma a la vista

El Toc de Dhani

En una esquina de la calle Rubí se ha instalado un torbellino llegado de Londres que suma saberes de cocina india, francesa y levantina

Dhani Oberoi lleva seis años en Mallorca y hace un mes que ha abierto su restaurante Toc. L.D.

En el Banc de s'Oli huele a especias, a cardamomo, a leche de coco, a curri. En la trasera de la plaza Major hay un nuevo inquilino: Dhani Oberoi. Desde hace un mes, la esquina de la calle Rubí la ocupa Toc, el restaurante de este angloindio español. Hijo de padre inglés, Yash, y de valenciana, Isabel García, Dhani se mueve como una anguila entre pucheros y fogones. Lo lleva en sus cromosomas.

"Mi padre tuvo bares en Londres; después conoció a mi madre, y montaron un restaurante de tapas; crearon una cadena. Yo me formé en ese ambiente, al que añadiría por formación una base francesa", explica.

En el fuego, unas cebollas. Prepara bases para el menú. Cada día sugerencias nuevas en una carta no muy larga, eso sí, platos que son eslabones de historias, de recetas de culturas distintas que Dhani transforma. Con su toque.

Es un torbellino. Eso mismo dice él de sí: "Soy un nervio. Me va este estrés", asegura Dhani. Hace seis años que llegó a Mallorca, tras haber sido uno de los primeros licenciados en coctelería en la capital inglesa. Tenía 18 años. Tras su trabajo en el Mango Bar, decidió ir a la tierra de su madre, Valencia.

"Ahí monté Cardamom, un fish and chips, con cocina india, tapas y coctelería", indica. Un resumen de sus saberes culinarios hasta que una mujer le convenció para trasladarse a Mallorca.

Trabajó en el Flexas y en L'Antiquari y a la vez montó el catering Ka'anan Kitchen. "Es que echaba de menos el estrés. Soy así, 100 por 100 puro nervio. Por eso tengo el Toc. Soy meticuloso, todo tiene su línea, su porqué, el mejor vino que va a cada plato, el color, su sabor, su textura...", se explaya.

Señala que "para trabajar con especias hay que saber darles un buen matiz, enriquecer sin cambiar el producto. ¡Me gustan los juegos!".

Seis años después de su llegada a Mallorca, el cocinero ríe: "¡Todo este tiempo, y ya tengo barba y me gustan las cosas antiguas!".

En Toc se respira un ambiente de casa baúl de los recuerdos sin caer en la ñoñería. Mesas recicladas, lámparas con velas, las ventanas que dan a la calle peatonal. "Aquí antes hubo un local de restauración de muebles que llevaban una madre y su hija. Me gusta el Banc de s'Oli, es un minibarrio dentro de otro", elogia.

Sus padres le han visitado y están sorprendidos de que el torbellino de su hijo siga en la isla en un restaurante "menos intemporal y minimal del que pensaban que abriría".

Dhani tiene una hija de 18 años, Maya, que le ha asegurado a su padre que cuando acabe sus estudios en Suiza se vendrá a echarle un cable. Toc crecerá entonces en culturas, sabores. Ahora se desdobla, el menú de los mediodías, y las cenas de quesos y vinos muy elegidos, y el vermú de los domingos. Un éxito.

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