En los últimos años, diversas urbanizaciones de Llucmajor y Calvià han dejado de recibir las cartas casa por casa, como ahora sucede con la de Bellavista, y se han enfrentado a Correos por la supresión de este servicio. Pese a que los motivos de la compañía postal son diferentes en los casos de la 'part forana', todas las zonas residenciales afectadas por el cambio han tenido que instalar buzones en batería en la entrada para evitar que los residentes se deban desplazar hasta la oficina más cercana.

En 2014, tres urbanizaciones de Llucmajor fueron consideradas "entorno especial" por su baja densidad de población y escasa actividad postal, lo que llevó a Correos a eliminar el servicio a domicilio. El Ayuntamiento litigó contra esta medida, pero no tuvo éxito. A principios de este año, ocurrió lo mismo en Calvià, una medida que afectó a unas 6.000 personas de seis urbanizaciones del municipio. El consistorio de Ponent también recurrió contra el fin de la entrega de cartas casa por casa.