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Acoso en la Policía Local

Roban la moto a la policía local que denunció actuaciones homófobas

Continúa la campaña de acoso a la mujer que sacó a la luz una persecución laboral en el cuartel de Sant Ferran por su condición de lesbiana - La pasada semana rompieron la puerta del edificio donde vive y quemaron el portero automático

La mujer está sufriendo un vacío de algunos compañeros en el cuartel de Sant Ferran. b. ramon

La campaña de acoso y derribo a la policía lesbiana que denunció actuaciones homófobas dentro del cuartel de Sant Ferran no se detiene. Mientras la semana pasada la mujer sufrió varios destrozos en su domicilio particular, ahora la situación ha empeorado. Unos desconocidos, aunque sin duda relacionados con los hechos que ella ha denunciado, le han robado su moto, un modelo scooter de color negro. El vehículo, de gran valor económico, estaba estacionado en la calle junto a su domicilio, asegurada con varios candados. Sin duda se trata de un robo con la única intención de amedrentar a la mujer, que ayer mismo presentó una denuncia oficial para comunicar el incidente.

La policía local denunció el pasado verano que mientras estuvo destinada en la unidad de motos sufrió todo tipo de atropellos por su doble condición de mujer y lesbiana. Además, apuntó directamente hacia dos compañerosapuntó directamente hacia dos compañeros, a los que acusó de dedicarle todo tipo de comentarios de contenido homófobo, además de ocasionarle daños en el vehículo policial que ella conducía.

Antes de que esta mujer tuviera la valentía de denunciar la situación que había vivido en el propio seno el cuartel de Sant Ferran, ya había comunicado internamente los hechos, aunque no tuvo ningún resultado. Se quejó de la actuación de sus dos compañeros, a quienes no les gustaba que una mujer estuviera en la unidad motorizada, y de su mando, un excomisario, que la "invitó" a cambiar de destino si no se sentía preparada para continuar en este grupo.

La mujer declaró hace dos semanas ante el juez Penalva y el fiscal Subirán y contó con detalle la situación laboral que había vivido y que la había arrastrado a una profunda depresión. Su denuncia no ha caído bien en el cuartel, ya que desde entonces se la viene señalando y sufre una especie de vacío por parte de muchos de sus compañeros.

El robo de la moto no es la primera acción que viene sufriendo esta mujer, todo ello relacionado con los hechos que está investigando el juez Penalva y el fiscal Subirán. La pasada semana ya denunció ante la Policía, que lo está investigando, que unos desconocidos habían causado daños a propósito en la puerta principal de la finca donde reside. Y que, además, también habían quemado el telefonillo del portero automático de la misma finca, precisamente en el botón del timbre de su domicilio. También le robaron dos cascos de su moto. Esta policía local no tiene ninguna duda de que estas actuaciones no son casuales, sino que responden a una campaña para intentar asustarla y que rectifique el contenido de la denuncia, sobre todo en lo que se refiere a los hechos que atribuye en concreto a dos de sus compañeros que, según ella, han podido actuar de esta forma porque han venido disfrutando de la protección del comisario que dirigía la unidad de motos. No es la primera vez que se vienen cometiendo este tipo de actos intimidatorios contra personas que están investigando las anomalías en el cuartel de Sant Ferran. Hace unos meses también entraron en el garaje del domicilio particular del fiscal y le sustrajeron su moto. No era la primera vez que entraban. Antes le habían vaciado las ruedas del coche.

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