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Entrevista

Miquel Obrador Sabater: "Queremos que las asociaciones vecinales no vivan de las subvenciones"

Miquel Obrador, frente a la rosa de los vientos del Molinar.

Desde 1999 lleva en el movimiento vecinal como fundador y presidente de la asociación vecinal Born des Molinar, un barrio al que se mudó a mediados de los 90. Miquel Obrador (Palma, 1938) asegura que tiene como objetivo “revolucionar el mundo de las asociaciones de vecinos” con la nueva federación presentada esta semana.

—¿Por qué es necesaria otra federación vecinal si ya existe la Federació d’Associacions de Veïns de Palma?

—Encontramos que Palma no está cuidada, no está limpia, no hay policía en los barrios. ¿Qué queremos hacer nosotros? Hacer un plan para que cada barrio tenga unas soluciones. Y queremos que las asociaciones vecinales aprendan a vivir de sí mismas y no de las subvenciones, porque luego se convierten en estómagos agradecidos. Nosotros no necesitamos subvenciones para sobrevivir, sino para hacer un proyecto.

—¿No se sienten representados por la otra federación?

—No. Para nada. Yo no sé si ellos son afines a un partido o no. Pero no es normal que una persona siempre critique al mismo lado y que todo lo del otro lado sea bueno, eso no es normal. Lo lógico es que haya cosas bien hechas y cosas mal hechas. Nosotros queremos que se continúen los proyectos buenos, independientemente del partido que los proponga. Para eso hace falta una federación que defienda lo que los vecinos necesitan.

—Ustedes se han presentado como apolíticos. ¿Para qué crean una federación si no es para opinar sobre política?

—Un padre jesuita me decía que Jesús hacía política. Digo que somos apolíticos porque no estamos a favor de ningún partido político. En la directiva hay uno del PI, una del PSOE, dos de Ciudadanos y 5 o 6 que son del PP. Pero eso no cuenta para nada: cuentan los problemas de los vecinos. Nuestra federación supervisará a cualquier partido político.

—Nacen tras la muerte de la FEPAE. ¿Ellos les representaban?

—La relación con ellos fue decepcionante. Chocamos con el fondo y la forma de cómo trataban al movimiento vecinal.

—Agrupan a veinte asociaciones vecinales. ¿Eso cuántas personas son?

—No me he puesto con ello. Pero hay miles de personas que están con nosotros. Y tenemos asociaciones que no tienen voto, pero que están adheridas a la federación, como los clubes náuticos, la Fundació Jaume III, la Sociedad de Cazadores o el Círculo Balear.

—Se definen también como defensores de la lengua balear.

—Sí. Por ejemplo, hemos presentado unos documentos a Presidencia del Govern traducidos al mallorquín por la Fundació Jaume III. Pero en mallorquín, mallorquín. No están en catalán ni español. Soy un enamorado de mi lengua. Si me dices padrí o abuelo me entra, pero avi no me entra. Soy del Barça, pero el catalán no me entra.

—El monolito de sa Feixina es una de las cosas que les ha unido.

—Ha sido la gota que ha colmado el vaso. Defendemos un sentimiento y los valores de un monumento que fue pagado por unas familias. Hay gente que vendió sus joyas para financiarlo y no pensaban en si estaba Franco o no. Y nosotros apoyamos que la asociación de memoria histórica pueda recuperar a sus seres queridos. Pero la gente que pagó el monumento de sa Feixina no los podrá recuperar porque están en el fondo del mar a miles de metros.

—¿La ampliación del puerto del Molinar también les une?

—Con los clubes náuticos nos llevamos de maravilla. El primer proyecto que presentaron para el Molinar era horroroso. El segundo lo aceptaron casi todas las asociaciones del Molinar, menos Vogar i Ciar, que está afiliada a la otra federación vecinal. Queremos que los marineros que están aquí de toda la vida se queden. Con ese proyecto se podía hacer. Esto ha pasado porque el presidente del club es del PP. Si hubiese sido de Podemos, no habría pasado.

—¿Qué otras ideas van a defender para la ciudad?

—Limpieza y seguridad. Eso es lo fundamental.

—¿Le molestó que nadie del equipo de gobierno acudiera a la presentación de su entidad el pasado miércoles?

—Fue una sorpresa desagradable. Estaban avisados.

—En primera fila hubo seis regidores del PP, el exconseller Biel Company y otros militantes populares.

—Sí. ¿Sabes qué pasa? Cuando viene una persona de un partido, vienen muchos. También vino mucha gente de la sociedad civil.

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