Un nuevo ejemplo de colaboración entre el arquitecto Francesc Casas y el escultor Antoni Font se encuentra en la plaza de Santa Eulàlia. Tras la desaparición del mercado, este espacio se rodeó de edificios de porte señorial en torno a la iglesia gótica. En 1948, Casas proyectó las viviendas que se encuentran en la esquina de la calle Convent de Sant Francesc. Lo hizo en un estilo neohistoricista en el que combinó elementos regionalistas con otros clásicos, como pilastras gigantescas rematadas por capiteles pseudojónicos. La concesión al regionalismo se encuentra en el alero que remata la cubierta de la casa.
El elemento más destacado y el que más realza su clasicismo son las tres esculturas de Antoni Font situadas sobre pedestales cúbicos entre los cuatro balcones de la primera planta -hay un entresuelo y una planta baja-. Muestran a tres mujeres cuya identidad se identifica con las palabras Aurora, Meridies y Vesper -el amanecer, el mediodía y la noche-.
El artista demuestra una técnica exquisita en esta representación del ciclo del día, pero también de la vida. Todo nace, llega a su plenitud y muere. Las posturas son prácticamente la misma. Aurora esboza un leve gesto con su mano izquierda levemente abierta. Meridies lleva un fruto con el que simboliza la colecta en el momento en que se alcanza la madurez. Vesper recoge su mano sobre el hombro. Es la tarde, el fin de la jornada y, por analogía, la conclusión del ciclo vital.
Probablemente pasan desapercibidas para los miles de viandantes que entre turistas, estudiantes y funcionarios pasan por Santa Eulàlia, quizás porque la atracción del templo gótico es muy fuerte. Sin embargo, se trata de unas piezas notables, que demuestran el alto nivel de perfección técnica alcanzado por Antoni Font.
"Buen artesano tallista, con innata facilidad para la realización de la figura humana", esta es la definición de Rafael Perelló Paradelo sobre Font, de quien además afirma con razón que ha conjugado con éxito la relación escultura-arquitectura.
