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Policía tutor

Policías contra los conflictos escolares

Tres agentes locales se encargan de prevenir problemas mediante charlas en colegios e institutos y de vigilar el entorno de los centros educativos en los barrios de Nou Llevant y Son Cladera, una figura especializada que Cort quiere potenciar

Entrada al colegio Anselm Turmeda, en Son Roca, donde la familia de una alumna denunció hace dos semanas que la niña de ocho años fue agredida. b. ramon

Ahora que tanto se habla de la violencia en el ámbito escolar, cobra relevancia la policía tutor. Los agentes especializados en conflictos educativos y que se implantaron en Palma en 1998 dejaron de existir en la anterior legislatura, pero el actual equipo de gobierno de Cort recuperó esta figura el curso pasado como experiencia piloto y pretende continuar potenciándola. Dos policías locales trabajan con los centros escolares de los barrios de Son Cladera y Nou Llevant y un oficial coordina las variadas tareas que realizan, entre las que hay charlas preventivas y casos de mediación. Son tres agentes para una ciudad con 153 colegios e institutos, pero solo actúan en dos de las zonas que pueden ser más conflictivas por la dificultad de abarcarlo todo.

"Nuestra intención es ampliar el número de efectivos destinados a la policía tutor cuando hagamos la reestructuración de la plantilla, debido a su importante labor", tal como aseguró la concejala de Seguridad Ciudadana, Angélica Pastor, sobre el impulso previsto en dicho servicio escolar.

Durante el curso pasado y este, el ámbito de actuación de los tres efectivos especializados es el entorno de los institutos Antoni Maura, Aurora Picornell -ambos en Nou Llevant-, Juníper Serra y Son Rullan -en Son Cladera-, así como los centros de Primaria del barrio de la zona norte, según indica el oficial de la policía tutor, Fernando Carrillo. Este año lo han ampliado por la efectividad de la labor preventiva: "El curso pasado hicimos charlas en un solo colegio y ahora en tres, ya que los niños de quinto y sexto de Primaria son los que después nutrirán los institutos y son más receptivos a las explicaciones y consejos que los de Secundaria", en palabras de Carrillo.

Temas de las charlas

Los temas tratados en las citadas intervenciones son la violencia juvenil, el acoso continuado -el curso pasado detectaron varios casos de bullying durante las charlas-, el absentismo escolar, el abuso sexual a menores, los peligros de las redes sociales, la utilización responsable de las nuevas tecnologías y las demás funciones de la policía tutor, ya que "si los alumnos tienen algún problema de este tipo y no se atreven a contárselo a sus padres o profesores, pueden confiar en los agentes que trabajan con los centros educativos", explica el oficial responsable. "Somos una herramienta para ayudarles y les damos el correo electrónico para que nos relaten su caso de forma confidencial. En Primaria es más fácil atajar los conflictos, debido a que en los institutos están más enquistados y confían menos en la policía", argumenta.

Además de las charlas, estos agentes se dedican a recorrer los alrededores de los centros de Son Cladera y Nou Llevant en busca de posibles absentistas, así como a vigilar que no haya consumo de drogas, agresiones o peleas entre jóvenes. Cuando el colegio o instituto se entera de un conflicto en el entorno escolar, como por ejemplo el rumor de un enfrentamiento entre pandillas, pueden llamar al policía tutor asignado para que intente atajar o disuadir con su presencia. El año pasado tuvieron que mediar en una pelea entre un niño payo y uno gitano que se agravó por la intervención de los hermanos mayores y los padres, aunque al final los agentes consiguieron desactivar la disputa, recuerda el oficial Carrillo. También han sido reclamados por problemas con progenitores conflictivos.

Cuando la policía tutor se topa con una infracción penal, debe elaborar un informe y enviarlo a la fiscalía de menores, que es quien tiene las competencias en estos casos. El curso 2015-2016 les sucedió en siete ocasiones: Un abuso sexual, dos hallazgos de sustancias estupefacientes, un atentado contra un menor y tres absentismos crónicos, un hecho que se considera delito cuando hay dejadez de funciones por parte de los padres.

En cuanto a las actuaciones de estos agentes relacionadas con sustancias tóxicas, pero que no llegaban a ser penales, en una ocasión tuvieron que intervenir en un centro educativo y otras cinco veces lo hicieron fuera o en el entorno del recinto. Además, una vez montaron un dispositivo con 11 policías y dos perros en los alrededores de un instituto.

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