El edificio okupado de la plaza Fleming fue desalojado ayer tras un auto judicial que ordena la devolución del inmueble a su propietario. A primera hora de la mañana, un grupo de obreros y representantes de la propiedad forzó la entrada para acceder al interior, lo que alertó a vecinos y usuarios del centro conocido como Ca ses Mopis y provocó una concentración de personas en la plaza para manifestarse contra el desalojo.

El edificio okupado en junio estaba vacío en aquel momento, debido a que era utilizado para realizar actividades, aunque no para vivir allí, según explicaron los usuarios, que denunciaron que el desalojo se produjo de forma "agresiva" e "intimidatoria". De hecho, se vivieron momentos de gran tensión cuando una de las okupas se enfrentó a varios policías porque no les dejaban entrar al inmueble para recoger los objetos de las actividades allí desarrolladas.

Finalmente, la propiedad les informó de que el día 31 podrán acceder para recuperar los libros de la pequeña biblioteca, enseres de cocina, artículos infantiles y ropa que se intercambiaba, entre otras pertenencias.

La tensión no se apaciguó, lo que llevó a la Policía Nacional a pedir refuerzos, por lo que sobre el mediodía había congregados una decena de agentes y una veintena de okupas, pendientes del trabajo de tapiado que los obreros realizaban en la entrada de la calle Reina María Cristina número 51, ya que el edificio de dos plantas hace esquina. Uno de los activistas retiró varios ladrillos recién colocados en la puerta y la Policía procedió a identificarle, un hecho que también provocó protestas del colectivo. Minutos antes, un grupo se apostó frente a la cochera situada en la plaza para impedir que fuese tapiada y hubo más amenazas y tensión entre policías y okupas.

A las 12,45 horas, llegaron dos celadoras del área de Urbanismo de Cort para solicitar la licencia de obra para realizar el tapiado del inmueble, debido a que los activistas denunciaron que no la tenían. El representante de la propiedad entregó la llamada comunicación previa (la antigua licencia de obra menor), pero faltaba documentación, por lo que las funcionarias levantaron acta de la inspección y mañana el departamento municipal de Obras estudiará si es suficiente con la presentación del resto de la documentación o el dueño del edificio necesita una licencia para tapiar la puerta y ventanas, según informó Urbanismo.