El edificio Hornabeque fue durante muchos años el más alto de Palma. Después fue superado por la Torre Mallorca, el de Asima en el polígono de Son Castelló o el de La Caixa de la plaza Madrid. Está en la plaza de es Fortí, en la encrucijada de lo que fueron los caminos de sa Vileta y Portopí, aunque hoy diríamos que se encuentra entre las calles Rafael Rodríguez Méndez y Ramón y Cajal. Sus quince plantas se sustentan sobre una obra mural que, si exceptuamos la de Miquel Barceló en la catedral, probablemente es la de mayor superficie de Palma.
Entre la planta baja y el entresuelo se instaló un bajorrelieve de Pere Martínez Martínez Pavía -otro escultor que volveremos a encontrarnos en nuestros paseos por la ciudad- que tiene una longitud de 50 metros y una altura aproximada de uno. La obra ocupa las tres fachadas del edificio, la que da a la plaza y las que dan a las dos calles laterales.
Se trata de catorce desnudos realizados cada uno de ellos sobre cuatro paneles de hormigón. Hay seis en la fachada principal y cuatro en cada una de las dos laterales. Todas las figuras están recostadas en distintas posiciones. Se alternan las masculinas y las femeninas. El artista tuvo que estudiar en profundidad la anatomía para lograr tanta variedad de posturas. Además, encarcela cada uno de los cuerpos en una o varias elipses que marcan los límites y las posibilidades de movimiento de las figuras.
En la parte superior del panel de la derecha de la fachada principal encontramos la firma del artista, Pavía. Aunque no se trata de establecer comparaciones, es una obra en la línea de los dibujos de Picasso esgrafiados en el friso de la sede del Col·legi d'Arquitectes de Catalunya.
Pere Martínez Martínez nació en Melilla en 1927, donde se encontraba destinado su padre, aunque a los 14 años ya residía en Mallorca. Su obra es muy extensa y va desde el monumento a los defensores de Sóller del ataque turco hasta la delicada Parella o la Dona cosint que se pueden ver en las calles de Palma.
