La presidenta de la Federación Hotelera de Mallorca, Inma de Benito, calificó ayer de “injustas e injustificadas” las subidas de las tarifas del agua potable propuestas por el equipo de gobierno de Cort para el próximo año, que afectan de forma generalizada a todos los establecimientos y, de manera especial, a los de cuatro y cinco estrellas que, en función del consumo, pueden llegar a pagar hasta un 140% más.

De Benito, que representa también a las asociaciones de hoteleros de la Platja de Palma y a la de Ciutat, manifestó que les ha “sorprendido” el anuncio realizado el martes por la teniente de alcalde de Medio Ambiente y presidenta de Emaya, Neus Truyol.

La sorpresa de la presidenta de los hoteleros se debe a varios motivos. En primer lugar, manifestó que desde su colectivo entienden que “antes de adentrarnos en el incremento de tarifas, se debería reparar la red de suministro en la que se dan pérdidas de hasta el 40%”, una afirmación que ha sido reiteradamente desmentida por Emaya, cuyos técnicos cifran en menos del 15% las pérdidas de líquido como consecuencia del mal estado de las tuberías.

Por otra parte, De Benito considera que la subida es discriminatoria “puesto que se va a aplicar a los establecimientos de máxima calidad, por lo que, una vez más, atacan la competividad y se resta capacidad para poder avanzar en el posicionamiento y en la regeneración de la trama urbana y la planta hotelera, por la que se está apostando desde el sector”.

Desde la federación esperan que en los próximos días “se nos expliquen las subidas y se nos entreguen los informes oportunos con el fin de poderlos estudiar”. No descartan acudir a la vía judicial. Asimismo, manifestó que los hoteleros “estamos padeciendo una gestión deficiente de los recursos públicos, que es dónde se debería comenzar a trabajar antes de intentar fagocitar al empresariado turístico”.

Por su parte, Francisco Marín, presidente de la asociación de hoteleros de la Platja de Palma consideró que “son una barbaridad” los incrementos de tarifas propuestos para los hoteles en general y los de cuatro y cinco estrellas en particular, aunque declinó valorar la propuesta en profundidad puesto que la desconocía. Lamentó que la semana pasada desde Emaya no se les informara de las subidas previstas en el transcurso de una reunión que mantuvieron con representantes de la empresa.

La propuesta pretende penalizar los consumos más elevados. Se trata por igual a todos los hoteles, considerando, a efectos tarifarios, cada dos plazas como una vivienda. De esta forma, las tarifas de los hoteles de 1 y 2 estrellas subirán entre un 2,04% y un 10,79% en función del consumo. En los de tres estrellas los incrementos oscilarán entre el 1,50% y el 67,04%, mientras que en los de cuatro y cinco estrellas los aumentos serán de entre el 1,11% y el 141%.

Con las tarifas actuales se bonificaba a los hoteles de cuatro y cinco estrellas, que pagaban la mitad de los de una y dos estrellas para los mismos consumos.