La utilización de las bolsas de plástico de un solo uso por parte de comercios y establecimientos en general serán historia en Palma a partir del 1 de enero de 2018. Eso es, al menos, lo que pretende el equipo de gobierno de Cort con la inclusión en la modificación de la actual ordenanza municipal de limpieza de la prohibición del uso de estas bolsas.

En caso contrario, el comercio que incumpla la normativa podrá ser sancionado con multas que oscilarán entre los 30 y 3.000 euros dependiendo de si la falta es considerada leve, grave o menos grave por los técnicos municipales en función de la nueva modulación de las sanciones.

Si bien se prevé que la nueva ordenanza esté aprobada definitivamente en enero del próximo año, la prohibición del uso de las bolsas de plástico no entrará en vigor hasta enero de 2018, con el fin de que los establecimientos dispongan de un año para adaptarse.

La teniente de alcalde de Medio Ambiente, Bienestar Animal y presidenta de Emaya, Neus Truyol, aseguró que, a lo largo de los meses anteriores, mientras se preparaban las modificaciones de la nueva normativa, esta cuestión se ha consensuado con las patronales del pequeño comercio Afedeco y Pimeco.

La nueva normativa adapta la ordenanza municipal de limpieza, cuya última modificación data de 2004, a la ley estatal de residuos de 2011. Pretende fomentar el reciclaje, la reutilización y la prevención de residuos.

La tipología de las sanciones han sido definidas en base a la ley estatal, mientras que su cuantía se ha determinado por lo establecido en el ley de bases de régimen local, qué prevé cantidades mucho menores para las faltas leves, graves y muy graves. De esta forma una conducta considerada leve, como puede ser dejar una bolsa de basura fuera del horarios establecido, podrá ser sancionada con multas de hasta 750 euros, en lugar de los 300 euros actuales.

Las faltas graves, como el depósito de escombros en la calle, podrán ser multados con cantidades que oscilan entre los 750 y 1.500 euros, en lugar de los 300 y 900 de ahora, mientras que las faltas muy graves, como el depósito de un residuo peligroso como puede ser un electrodoméstico, puede ser multado con cantidades que van entre los 1.500 y 3.000 euros, sustituyendo así a la horquilla ahora vigente que sitúa estas multas entre los 900 y 1.800 euros. La norma también prevé que las multas puedan ser conmutadas por trabajos a favor de la comunidad.

Truyol explicó que la ley estatal establece sanciones mucho más elevadas, que el Ayuntamiento no ha podido incluir en la ordenanza municipal puesto que la ley de bases de régimen local fija unas cuantías máximas y mímimas.

No obstante, si el Ayuntamiento considera que una determinada conducta excede el ámbito de la normativa municipal puede proponer al Govern que sea sancionada aplicando el baremo de la ley estatal.

De esta forma, la cuantía de una falta leve puede elevarse hasta los 900 euros, las graves pueden oscilar entre los 901 y 45.000 euros y las muy graves desde esta última cantidad hasta 1.750.000 euros.

Para fomentar el reciclaje, que es uno de los objetivos del cambio de normativa, se incorpora la posibilidad de bonificar a las personas que reciclen más, con fórmulas que aún están en estudio. A partir del próximo año se incorporará a la recogida de basuras la fracción orgánica con nuevos contenedores. También se prevé realizar la recogida de residuos de forma separada en hoteles y comercios, con el fin de incrementar considerablemente el porcentaje actual de reciclaje, que en Palma es tan dolo del 17%.

Otro objetivo del cambio de normativa consiste en el fomento de la reutilización. Para ello, según explicó Truyol, se prevé que en los puntos verdes del Polígono de Son Castelló y Sant Jordi se habilite un espacio para que los trastos en desuso puedan tener una segunda vida. De esta forma, se podrá fomentar el intercambio ya sea en este espacio o con el fomento de mercadillos de segunda mano.

Cristales en las playas

Por último, entre las medidas tendentes a la prevención de la generación de residuos, se incluye la prohibición de utilizar objetos de cristal en las playas, así como el ya comentado de no permitir la utilización de bolsas de plástico para un único uso.

También incluye los nuevos sistemas de recogida de residuos como el de puerta a puerta comercial, hotelero y de restauración y la recogida selectiva móvil del centro, con lo que se abre también la posibilidad a la recogida domiciliaria.