El voladizo monumental que resguarda la fachada de Cort se recupera de sus más de 300 años de historia. Los técnicos de la empresa Artyco, especialista en restauración de madera y piedra, están trabajando ya en la restauración del alero, cuyos trabajos fueron adjudicados por un importe de 182.000 euros y deben estar acabados en seis meses. Cuando finalicen, el aspecto actual del voladizo que proteje la fachada de Cort desde 1680, probablemente será muy distinto al actual, ya que se habrá recuperado el color rojizo de la madera con que fueron construidos sus elementos.

Por el momento, tal como explicaron ayer la restauradora municipal,Magdalena Rosselló, y las técnicas de la empresa adjudicararia de la restauración, se está trabajando en la determinación de la técnica más adecuada para eliminar las sucesivas capas de tinturas, aceites, resinas, óxidos de hierro, barnices y humo que, con el tiempo, han formado una pátina que da el aspecto ennegrecido actual a la estructura de madera. Ya se ha comprobado que debajo de estas capas no hay elementos policromados, una cuestión que se tendrá muy en cuenta a la hora de autorizar el método de intervención por parte de los técnicos de Patrimonio del Consell de Mallorca.

Si bien estructuralmente este elemento de la fachada principal goza den un buen estado de conservación, su ubicación a la intemperie ha provocado que la madera que lo conforma presente distintas patologías, entre ellas, la existencia de una capa muy incrustada de polvo por toda la superficie, que impide ver los detalles de los elementos.

Asimismo, las distintas capas de aceite de linaza aplicadas en intervenciones anteriores se encuentran completamente oxidadas. También existen elementos deteriorados por el raspado realizado en intervenciones anteriores con cepillos metálicos, además de restos de otros productos aplicados en distintas épocas, como acabados de protección o restos de pintura.

En distintas zonas de la superficie del alero se han detectado manchas blanquecinas de hongos, además de un importante ataque de insectos xilófagos y puntos con la madera podrida, en las zonas que han estado afectas directamente por la filtración de las goteras. También se intervendrá en el saneamiento de los elementos metálicos que sostienen las figuras.

El alero se asienta sobre una cornisa que remata la fachada del edificio labrada de piedra de Santanyí. Se está procediendo también a la limpieza de esta superficie ya que la suciedad acumulada perjudica a la parte del voladizo que se asienta en ella. En este caso se procede a la limpieza mecánica de la sucidad acumulada, la eliminación de morteros y resinas que no ejercen ningún tipo de sujeción, la sustitución por mortero tradicioal de restauración de cal y arena y su limpieza con agua desionizada.

El voladizo, que ocupa una superficie de 131 metros, se estructura por once vigas que prolongan el tejado de Cort tres metros y sesenta centímetros sobre la acera y dividen el espacio en doce sectores. Cada uno de los travesaños forma una escultura que reproduce una figura con cuerpos de hombre (Atlante) y de mujer (Cariátide) alternativamente. En cada extremo del voladizo se coloca un Atlante, por lo que la distribución de estas figuras da como resultado seis representaciones masculinas y cinco femeninas. En las diez divisiones del friso hay tambien representaciones de faunos y ninfas. Entre cada Atlante y Cariátide hay unos grandes colgantes exuberantes de adornos florales.