Un nuevo colector de aguas residuales evitará en buena medida los vertidos que ahora se producen esporádicamente, cuando hay un exceso de caudales debido a lluvias torrenciales o por avería en la estación de impulsión situada frente al Baluard del Príncep.
El proyecto redactado por los técnicos de Emaya del que ya tienen conocimiento los miembros del consejo de administración tiene un coste de 18,9 millones. Se prevé que la obra se financie mediante la formalización de un préstamo, aunque también se solicitará una indemnización a la dirección general de Recursos Hídricos del Govern a cargo del canon de saneamiento.
La solución adoptada prevé construir una derivación del colector de Avenidas (que recoge el agua residual y parte de la pluvial de buena parte de la ciudad) por la calle General Ricardo Ortega hasta la depuradora de aguas residuales del Coll den Rabassa.
El nuevo trazado permitirá que el agua circule por gravedad, hasta la depuradora, por lo que se evitará que los caudales deban bombearse como ahora desde la actual estación situada frente al Baluard del Príncep. La nueva canalización tendrá una longitud de 3.170 metros. El trazado discurrirá a lo largo de la calzada de la zona urbana de Palma desde las Avenidas hasta la vía de cintura. Después se ejecutará por viales del polígono industrial de Son Malferit hasta llegar a Ca's Tresorer. Tras pasar por debajo del cauce del torrente Gros alcanzará los terrenos de la depuradora del Coll den Rabassa que, en el futuro, se prevé ampliar.
Los técnicos de Emaya justifican la solución adoptada porque en estos momentos los caudales extremos que llegan a la zona baja del sistema de colectores de aguas residuales de la Avenida Gabriel Alomar i Villalonga colmatan los conductos y la estación de bombeo generando problemas de "desborde" en el entorno de la autopista de Levante con vertidos puntuales frente al Parc de la Mar y la Seu.
La solución adoptada permite recoger estos caudales extremos y conducirlos por gravedad hasta la depuradora. De esta forma no se dependerá del buen funcionamiento de los mecanismos de impulsión ni de las redes eléctricas, además de disponer de los terrenos necesarios.
El nuevo colector se realizará mediante una conducción de hormigón de 2 metros de diámetro, que discurrirá a una profundidad de entre 5 y 12 metros. Se ejecutará mediante la utilización de una microtuneladora, por lo que la afectación de los trabajos en superficie será mínima. De hecho, se estima que no será necesario el corte de calles, aunque sí el desvío de un tramo de la red de media tensión.
El proyecto contempla también la probable afectación a la capa de rodadura de las calles en las que se realicen las obras, por lo que se prevé una reposición de la misma a lo largo de cada vía donde se ubica cada una de las actuaciones, así como la reposición de aceras y bordillos.
En el proyecto se pone de manifiesto asimismo que, con la solución adoptada, no se precisa ninguna expropiación, puesto que el trazado discurre prácticamente en su integridad por el subsuelo de terrenos públicos. El plazo de ejecución es de 19 meses.
