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Mejoras

Un paseo desde El Terreno hasta el mar

Proponen crear un mirador que comunique el barrio con el paseo Marítimo y liberar la plaza Mediterráneo de coches para dar continuidad al parque de la Quarentena. Vecinos y políticos debatieron ayer sobre estas ideas

Dibujos de la plaza Mediterráneo actualmente y de la propuesta de peatonalización, con la puerta del parque de la Quarentena al fondo. feliu renom

Un estrecho, oscuro, sucio y maloliente pasadizo parte de la plaza Gomila y, tras un giro a la izquierda y otro a la derecha para después bajar unas escaleras, se llega al paseo Marítimo, entre la discoteca Tito's y el hotel Meliá Victoria. Parece un acceso casi secreto, aunque se trata de una calle con el sencillo topónimo Banys porque antiguamente los vecinos de El Terreno la usaban para ir a darse un baño en el mar. Actualmente, las escaleras están flanqueadas por dos muros y una valla tras la que se esconde un solar con vistas a la Bahía y con la Catedral al fondo.

Como explica el arquitecto y residente en el barrio José María Ros Matheu, este espacio libre abandonado es perfecto para crear un mirador en desnivel que comunique de nuevo el mar con El Terreno, el bosque y el castillo de Bellver. Además, propone que la cercana plaza Mediterráneo deje de ser un aparcamiento para más de medio centenar de coches y se convierta en un espacio que dé continuidad al parque de la Quarentena.

Quienes suben por la zona verde desde el paseo Marítimo se encuentran normalmente con una explanada llena de vehículos, aunque este fin de semana han desaparecido para que vecinos y paseantes puedan comprobar cómo queda "un espacio que es público pero está invadido por los coches, que son de uso privado. Sucede lo mismo con las toallas y sombrillas en la playa, que es pública. Sin embargo, el espacio ocupado por estos objetos no lo usa nadie más", compara Ros.

Plaza de juegos y vecinos

La "privatización silenciosa" del espacio público y las funciones que podría tener fueron los dos puntos principales del coloquio celebrado ayer en El Terreno, con la propia plaza Mediterráneo y el aparcamiento del Casal de Barri como ejemplos. La charla entre residentes y expertos, a la que asistió el concejal de Urbanismo de Cort, Toni Noguera, formaba parte de la presentación de las obras finalistas del certamen de Arts Visuals de Art Jove, que este año ha escogido como temática la barriada de Ponent.

El artista Guillem Portell fue uno de los participantes y su obra, titulada 'Plaza de juegos y vecinos', se basa en la propuesta de José María Ros de recuperar el espacio público. Recuerda que, tradicionalmente, estos lugares son los que otorgan "identidad y carácter a los barrios, y permiten vivirlos", debido a que en ellos se desarrolla "el transcurrir de la vida colectiva". Sin embargo, en el caso de El Terreno, los espacios públicos son muy escasos y están ocupados por vehículos.

El arquitecto no pretende que sus vecinos padezcan aún más problemas de aparcamiento, por lo que plantea construir uno bajo tierra en la plaza Mediterráneo con el fin de liberar la superficie. Calcula que podría albergar un centenar de coches y proyecta el mismo sentido de circulación que hay ahora en el exterior, es decir, con la entrada al parking por la calle Patrimoni y la salida hacia Gomila. La plaza quedaría así despejada para que fuese prácticamente peatonal, dando una continuidad arbórea y con parterres desde el parque de la Quarentena hasta la plaza Gomila y el bosque de Bellver.

En cuanto al estacionamiento del Casal de Barri, Portell no contempla eliminarlo, sino crear una cubierta ajardinada frente al centro sociocultural que tape el parking y haga las funciones de "plaza mayor de El Terreno". En la actualidad, este cometido recae en la plaza Remigia Caubet, pero no tiene sombra y sufre el tráfico de la calle Joan Miró.

Precisamente en esta vía hay dos solares privados y tapiados que Ros propone reconvertir en espacios libres públicos. Uno hace esquina con la calle Robert Graves, donde estaba la antigua Casa Planas, mientras que el otro linda con la calle Bellver, la que asciende al bosque y el castillo, aunque los solares no se ven por los muros, pintados con grafiti de diversos artistas urbanos.

Del Mirador a Bellver

Justo enfrente de la citada calle, cruzando Joan Miró, se halla el centro de convenciones anexo al hotel Meliá Victoria, en el que Cort estableció, a través del plan urbanístico y el plan especial del barrio, la implantación de un paso público hasta la calle Banys, tal como destaca el arquitecto. Su propuesta prevé abrir el acceso -ahora cerrado con una puerta negra- por la entrada que utiliza el establecimiento turístico para los camiones de mercancías, así como tapiar el pasadizo de inicio de la estrecha calle Banys.

La finalidad es que el mirador y la zona verde con desniveles se comunique directamente con la calle Bellver tras cruzar Joan Miró, porque a los aventureros que actualmente suben desde el paseo Marítimo por las escaleras junto a Tito's y el Victoria se les quitan las ganas de meterse en el lúgubre pasadizo de Banys.

De todo esto y mucho más se habló ayer en El Terreno, con múltiples ideas y una propuesta concreta sobre la mesa para que los responsables políticos del Ayuntamiento lo tengan fácil a la hora de emprender la anunciada mejora del barrio.

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