El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Palma se saltó la Ley de Normalización Lingüística de 1986, la norma que supuso un avance histórico en el uso del catalán en Balears, para bautizar un parque de la ciudad en castellano. El enclave recibe el nombre de un árbol originario de Sudamérica cuya traducción al catalán, aunque existe, no supieron encontrar.

El tripartito -formado por PSOE, Més y Som Palma- le dio el nombre de parque de los Ceibos ("parc dels Ceibos", según la placa oficial) al conocido como parque Pocoyó, situado entre la Costa del Gas y el edificio de Gesa.

La inauguración se realizó en un acto público que tuvo lugar el pasado 9 de julio, día de la fiesta nacional de Argentina. El topónimo utilizado, ceibo, corresponde al árbol y a la flor nacionales de ese país. El parque de los Ceibos pretendía ser homenaje al pueblo argentino, aunque supuso, de forma inesperada, un quiebro en el uso del catalán como "única forma oficial" -según establece la ley- para los topónimos de Balears.

Hace años que las asociaciones de argentinos en Palma propusieron a Cort un lugar público de homenaje a su comunidad. La designación de la plaza se estuvo gestando desde enero. El anterior cónsul de Argentina en Balears, Daniel Samaniego, comenzó los trámites para tener "un lugar que evoque la amistad argentinobalear y la relación de fraternidad entre los dos pueblos", según explicó a este diario el actual diplomático, Roberto Alonso.

Alonso, que asumió el cargo en febrero, remitió al Ayuntamiento una lista de posibles nombres que tuvieran relación con Argentina. Entre ellos, había músicos, pintores, escultores o árboles.

Tras varias reuniones con el regidor de Infraestructuras, Rodrigo Andrés Romero (Som Palma) -que nació en Argentina-, y con el alcalde de Palma, José Hila (PSOE), el cónsul explica que optaron por los ceibos para bautizar al lugar. El Ayuntamiento eligió el parque de la Costa del Gas porque allí ya había tres ceibos plantados.

Según explica una alto cargo del tripartito, el equipo de gobierno se limitó a realizar una consulta verbal al área de Cultura sobre cómo se debía escribir el nombre del parque. La respuesta fue que era mejor dejarlo en castellano, "porque el consulado lo pidió expresamente y porque, si no, no se entendería". "Asumimos que es un caso excepcional", agregan desde el equipo de gobierno.

El cónsul Alonso niega haber pedido que la plaza se bautizara en castellano. "No sé las razones de por qué se hizo así, pero a lo mejor no había traducción. Nosotros no lo solicitamos. Entenderíamos que tuvieran que traducirlo si es lo normativo", manifestó el representante diplomático.

El Termcat, el centro de terminología de la lengua catalana, recoge hasta nueve traducciones para esta especie arbórea. Arbre de coral o flor de coral son las denominaciones más comunes en botánica, debido al color anaranjado de su flor. Ninguna de ellas es ceibo, al tratarse de una palabra castellana que no está aceptada en catalán.

Pese a que la Ley de Normalización Lingüística les obliga, el Ayuntamiento de Palma no consultó el topónimo con la Universitat de les Illes Balears (UIB). Tampoco convocó a la comisión de toponimia, el órgano municipal especializado en la nomenclatura de calles y plazas.

El profesor de la UIB y experto en toponimia Gabriel Bibiloni, que forma parte de la comisión de toponimia de Cort, aseguró ayer a este diario que no le consta que en Palma se ha ya creado ningún otro topónimo en castellano desde la recuperación de la Democracia.

El regidor Rodrigo Andrés Romero descargó la responsabilidad en el antiguo regidor de Cultura de Cort, Miquel Perelló (Més). "Cultura eligió el nombre por un tema lingüístico y lo manejó el regidor Perelló con el cónsul", señaló el integrante de Som Palma.

El día de la inauguración de la plaza solo se dejaron ver en el lugar representantes del PSOE y de Som Palma. Ningún miembro de Més asistió al acto de descubrimiento de la placa.

En el programa de gobierno que acordaron los tres partidos en junio de 2015 durante las negociaciones postelectorales, el tripartito incluyó la normalización lingüística entre las medidas urgentes que debía implantar el departamento de Cultura.