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Palma a la vista

La Orgánica "honesta"

Las hermanas García Monteagudo, Carmen y Pilar.

Las hermanas García Monteagudo, Carmen y Pilar, acreditan conocimientos y experiencia suficientes en el mundo de la alimentación saludable. Durante quince años, estuvieron en uno de los primeros negocios dedicado a este sector en Palma. Hoy quieren orientar su experiencia con autonomía y "honestidad". La Orgánica es la respuesta. El nuevo local, abierto el reciente mes de julio en la calle Francisco Sancho, es la nota sana en un barrio que las ha acogido con los brazos abiertos.

"Aquí antes hubo un local de la tercera edad. Cuando hicimos obra, los mayores nos preguntaban si íbamos a abrirlo de nuevo. Al contarles lo que queríamos hacer se quedaron un poco sorprendidos; ahora están contentos y nos han felicitado", cuenta Carmen.

Pese a que términos como vegano, macrobiótica, crudívoro y todo lo relacionado con una dieta más saludable están en boga, aún hay muchas reticencias. Ellas nos aleccionan a nadie.

"Queremos que nuestro espacio sea tranquilo, sin presionar a nadie a que compre, atendiendo sus dudas con lo que sabemos", señala Pilar, la mayor de las hermanas, que es la que se ocupa de los cursos y charlas gratuitas que cada miércoles ofrecen de 19 a 20 horas. Ella es naturópata. Durante un tiempo trabajó en Ona Mallorca para informar sobre técnicas naturistas, alimentación y suplementación. Orientó en un centro de salud de Camp Redó a las madres.

Carmen considera que "se está cometiendo un genocidio silencioso. Estamos enganchados a las nuevas tecnologías, estamos estresados, no tenemos tiempo ni de cocinar ni de estar tranquilos. Te pasas todo el tiempo compitiendo para ser el mejor... Te falta tiempo para la básico".

En La Orgánica se respira un ambiente relajado. En el fondo se ha dispuesto una pequeña terraza donde se puede tomar un té, un café... También se puede entrar, merodear, buscar el producto, leer sobre él, preguntar. Sin agobios. "Queremos que sea un espacio que no esté sobrecargado", insisten.

Curiosamente, ambas vienen de las antípodas. Carmen empezó a trabajar en el Kentucky Fried Chicken de la plaza de España cuando era jovencita; poco después entraría Pilar. "Procedemos de una familia humilde, y para estudiar había que pedir becas y trabajar", señala Carmen. Su hermana mayor acabó siendo gerente de esta franquicia que regentaba una familia mallorquina. "Lo pasamos muy bien", aseguran ambas. Aprendieron también.

"Seguimos comiendo mal", piensan, aunque reconocen que "cada vez hay más interés por cuidar los hábitos alimentarios entre los jóvenes", pero admiten que "es caro". Les da coraje ver la cola que cada jueves se forma para recoger alimentos en la asociación vecinal de Bons Aires. Han llegado a un acuerdo y van a hacer donaciones de productos básicos, sacos de arroz, lentejas... "No queremos cerrar los ojos a lo cercano", dicen.

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