Cuando el récord turístico se junta con una sequía, la consecuencia es una explotación de los recursos hídricos por encima de sus posibilidades. Durante el verano no ha faltado agua, pero este otoño los embalses ya estarán tan bajo mínimos hasta el punto de que serán intocables.

La empresa municipal Emaya, responsable de Cúber y el Gorg Blau, calcula que a partir de septiembre no se podrá extraer más agua de los embalses si no se incrementan las reservas. Es decir, si no llueve en las próximas cuatro semanas.

Los dos embalses que abastecen la capital, entre otros puntos de la isla, estaban ayer al 33% de su capacidad. En cambio, hace un año alcanzaban el 53%.

Otro dato que permite ver la escasez de recursos es que solo el 15% del agua que ha llegado a los grifos de la ciudad venía de los embalses, cuando en años anteriores era del doble o más.

Este verano se han extraído de Cúber y el Gorg Blau unos 1.320 millones de litros de agua, siete veces menos que el año pasado, cuando se pudieron aprovechar casi 10.000 millones de litros de ambos embalses.

La mayor parte del suministro procede de agua desalada comprada (36%), lo que hasta fin de año supondrá un gasto para las arcas públicas de 8,6 millones de euros. La segunda fuente es la planta potabilizadora de Son Tugores (22%). El año pasado no hubo que recurrir a ninguna de estas dos soluciones para garantizar el abastecimiento durante la temporada alta.

La tercera fuente de suministro son los pozos, como el acuífero de s'Estremera y otros, de los que ha llegado el 19% del agua potable de este verano. En cuarto lugar están los embalses (15%). Cierran la lista los pozos salobres (8%), porque de las fuentes no se ha podido extraer ni un solo litro.

Y todo ello a pesar de la prealerta de sequía que las instituciones públicas anunciaron hace más de medio año. La falta de lluvias y la elevada afluencia de turistas y visitantes son las dos causas que Emaya señala para explicar no solo el estado de los embalses, sino también el aumento del consumo de agua durante los meses de julio y agosto.

La demanda de agua en la capital ha crecido un 11,7% durante la primera quincena de agosto respecto al mismo mes del año anterior. En julio el aumento interanual fue del 3,2%. Los días con mayor demanda fueron el 11 de agosto (120 millones de litros servidos en un solo día) y el 26 de julio (114 millones). En ambos casos superan la jornada con mayor consumo de agua del 2015 (109 millones de litros).

Colaboración ciudadana

La presidenta de Emaya y regidora de Ecología del Ayuntamiento de Palma, Neus Truyol (Més), asegura que "los datos son preocupantes por la situación de prealerta de sequía". Por ese motivo, Truyol solicita la colaboración a la ciudadanía y a las empresas para implicarse "en el ahorro y el uso eficiente del agua".

"Palma tiene, especialmente en verano, una presión humana muy elevada. Desde las instituciones tenemos que velar para respetar el equilibrio ecológico y el uso sostenible de los recursos", agregó la econacionalista. Por ello, en primavera el consistorio redactó un plan de sequía en caso de que la situación se agrave.

La empresa municipal recuerda que la falta de recursos hídricos no repercute en la calidad del agua, "que sigue siendo buena y apta para el consumo por parte de la población, cumpliendo con todos los parámetros legales y sanitarios".