Con un diseño clásico que recuerda la época dorada de los grandes trasatlánticos, ayer arribó al puerto de Palma el crucero de Walt Disney, donde su magia se respira por doquier. El barco, de 294 metros de eslora, tiene grandes espacios habilitados para los niños, distribuidos en distintos grupos de edad. Tiene una capacidad para casi 3.000 pasajeros y ayer llegó procedente de Cannes y partió a media tarde rumbo a Barcelona, su última escala.