El incivismo de la ciudadanía al tirar la basura donde no está permitido y dejar los trastos en la vía pública cuando no es el día asignado a un barrio cuesta a las arcas públicas tres millones de euros anuales. Lo afirmó ayer la gerente de Emaya, Inma Mayol, en una entrevista a la Cadena Ser, donde pidió a los palmesanos "que cumplan con las normas, es sencillo", apostilló en referencia al nuevo sistema de recogida de trastos, que calificó de ágil. Dijo que con el método actual, "el 25% de los ciudadanos lo hace mal, frente al 75% que lo hace bien", según sus palabras. En cuanto a las multas, han impuesto cada mes una media de 200, muchas de ellas a comercios.

Mayol reconoció que Palma "no está como toca", pero añadió que "no está más sucia que el año pasado". Para mejorar la situación, la empresa municipal invertirá 18 millones durante esta legislatura, con los que se comprarán 8.000 nuevos contenedores de basura y reciclaje, nuevos vehículos y maquinaria de limpieza.

Respecto a los trabajadores, recordó que hay un centenar más que el año pasado y tienen previsto modificar su forma de trabajar con el objetivo de que sea "más eficaz". "Hemos empezado a hacerlo en zonas turísticas, como la Platja de Palma", según ejemplificó.

Por último, adelantó que el próximo mes el Ayuntamiento aprobará el borrador de la nueva ordenanza de residuos, donde se contempla un incremento de las sanciones a los incívicos.