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Sa Torreta

Bravo por el ciclista... si respeta el Código

La bicicleta es un medio de transporte económico, rápido en la ciudad, ecológico, saludable... y que, como todo vehículo con independencia de la fuerza...

Imagen de archivo de un ciclista con auriculares y por la acera.

La bicicleta es un medio de transporte económico, rápido en la ciudad, ecológico, saludable... y que, como todo vehículo con independencia de la fuerza que lo mueva, tiene unas normas que cumplir. Son demasiados los ciclistas que utilizan las calles de Palma que ignoran o vulneran con conocimiento de causa y con total impunidad el Código de Circulación. Un reglamento que les afecta como a cualquier otro hijo de vecino.

Por ejemplo, existe una tendencia general a creer que las bicicletas pueden circular por las aceras. Falso. Ni siquiera es legal, aunque los ayuntamientos aprueben reglamentos autorizándolo. El Supremo se ha cargado las ordenanzas municipales que lo permitían. Solo pueden utilizar el espacio reservado a los peatones si se ha pintado un carril bici. En caso contrario les corresponde utilizar la calzada y lo más pegados que sea posible a un lateral.

Una consecuencia lógica de lo anterior es que en un paso de peatones no tienen preferencia sobre los conductores. Es más, ni siquiera pueden utilizarlo, salvo, una vez más, que esté acompañado de un carril bici.

Son decenas, por no decir centenares, los usuarios de la bicicleta que se consideran autorizados para circular en dirección prohibida o saltarse los discos de stop y los semáforos en rojo. Como si las señales de tráfico no les concernieran. Casi a diario contemplo como en Baró de Santa Maria del Sepulcre o Bonaire, coches y bicicletas caminan hacia el encontronazo... y en un 99,99% de los casos no es el turismo el que ha equivocado el sentido de la marcha.

Señalizar las maniobras, prescindir de los auriculares o colocar sistemas de alumbrado y ponerse chalecos reflectantes cuando se hace de noche ya sería pedir demasiado a la mayoría de ciclistas. Sí al uso de la bicicleta, pero siguiendo las normas. Las hemos recordado cumpliendo nuestra obligación de ser didácticos. Ahora solo falta que los policías locales también se aprendan el Código de Circulación.

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