Por si no fueran suficientes los trastos que hay en las calles de toda Palma, Cort ha abandonado una saca de escombros en una calle aledaña a la plaza de toros.

Ocurrió el pasado jueves, poco antes de la corrida que se iba a celebrar en el Coliseo Balear. La policía había reservado un sitio para los manifestantes delante del colegio Pius XII, donde están haciendo obras. A las puertas del colegio había una saca de escombros que, a juicio de los agentes de la autoridad, podría haber supuesto un peligro para los animalistas que iban a ir a la protesta. Así que decidieron desplazarla.

Como no podían levantar un objeto tan pesado, utilizaron una grúa municipal (una grúa de coches) para enganchar la saca a la parte trasera y transportarla. En vez de llevarla a un lugar que no molestarla, la grúa municipal -escoltada por un policía local a pie- la arrastró a dos calles de distancia. La saca quedó aparcada encima de la calzada de la calle de Son Brull, a la altura del número 14-A.

Esta operación se realizó poco antes de la corrida. Después del acto taurino, nadie (ni el policía local ni la grúa municipal) se acordó de los escombros que el propio Ayuntamiento acababa de dejar en la vía pública. Se quedaron abandonados en mitad de la calle. Para más inri, los obreros del colegio Pius XII no fueron avisados de dónde estaban sus escombros y se pensaban que Emaya se los había llevado por arte de magia.