El puerto del Molinar se salva de la ampliación que proyectó el Club Marítim y que provocó un gran rechazo de la ciudadanía la pasada legislatura. La Autoritat Portuària recuperará la gestión directa de los 120 amarres del tradicional puerto marinero. Ayer informó a la junta directiva del club de que no le prorrogará la concesión y, por lo tanto, no podrá ejecutar una ampliación que multiplicaba por cuatro la extensión de las instalaciones. El organismo portuario indicó que el controvertido proyecto "no es adecuado porque incorpora nuevas superficies ganadas al mar y genera un gran número de nuevos amarres y de mayores dimensiones". En concreto, se preveían 220 amarres de hasta 15 metros de eslora, cuando ahora las embarcaciones tienen un máximo de siete metros.

El otro argumento básico de la Autoritat Portuària es que el Club Marítim Molinar de Llevant ha demostrado una "incapacidad manifiesta para asumir el mantenimiento de las instalaciones náuticas", lo que las ha llevado al estado actual. Por ello afirmó que se encargará de la gestión, "con el objetivo de garantizar y mejorar la prestación del servicio a los socios actuales con amarre", según añadió la entidad estatal, que se comprometió a rehabilitar el pequeño puerto.

Explicó que hará "las mejoras necesarias de las instalaciones náuticas, respetando la idiosincrasia del barrio y actuando en el entorno", en referencia al paseo marítimo lindante, al que dará continuidad con la eliminación de los obstáculos existentes. El presidente de la APB, Joan Gual de Torrella, dijo al respecto que trabajarán "para que el entorno tanto físico como la barrera visual que hay mejoren y se integren" en el Molinar, porque la finalidad es "que ninguna actuación de las que se puedan realizar altere" esta emblemática barriada.

La entidad portuaria destacó que es "consciente del rechazo social" que provocó el proyecto de ampliación, no solo porque no se adaptaba al lugar, sino también debido a que "no responde a la demanda social existente, ya que no garantiza la continuidad de la denominada náutica social, la conformada por embarcaciones de pequeña eslora".

"Una decisión valiente"

El regidor de Urbanismo, Antoni Noguera, aplaudió la "valiente decisión" adoptada y recordó que el organismo presidido por Gual "es responsable subsidiario del puerto del Molinar, por lo que ha actuado en consecuencia". El concejal incidió en el deficiente mantenimiento de la instalación náutica, lo que "ha permitido a la Autoritat Portuària actuar sobre esta cuestión", debido a que tenía informes negativos de Disciplina Urbanística e inspecciones de sus propios técnicos.

Noguera también agradeció la "importante labor de Salvem el Molinar", la plataforma formada por entidades vecinales, ARCA y asociaciones ecologistas. Desde que en 2014 se dio a conocer la macroampliación, luchó para que no se produjese y ayer solo tenían palabras de satisfacción: "La APB ha actuado como debía y hará que el puerto se acomode a la idiosincrasia tradicional del barrio", según Àngels Fermoselle.