El Ayuntamiento de Palma quiere matar dos pájaros de un tiro para revalorizar el Camp Redó: mejorar la zona de Corea y conseguir más viviendas de alquiler social. A partir del miércoles, cuando lo apruebe la junta de gobierno, comenzará la tramitación para rehabilitar doce minipisos que el consistorio palmesano compró en el 2008, año en que se inició el fallido plan de rehabilitación integral de Corea. Estas casas estaban vacías hasta la fecha y se han ido degradando con los años debido al estado de abandono.

El tripartito de Cort ha previsto destinar 220.000 euros para las obras de reforma. Saldrán a concurso este verano y el plazo para la ejecución de los trabajos es de tres meses, por lo que el regidor de Urbanismo de Cort, Antoni Noguera (Més), espera que los pisos estén disponibles a principios de 2017.

El consistorio dispone de otra media docena de viviendas en la zona, aunque Cort considera que están en unas condiciones suficientemente aceptables y no hace falta someterlas a una reforma integral. La empresa adjudicataria del mantenimiento de la ciudad será quien se encargue de hacer los retoques en los pisos.

Esa veintena de viviendas pasará a formar parte de la bolsa de alquileres sociales del Patronat Municipal de l'Habitatge para que salgan al mercado a bajo precio.

El Institut Balear de l'Habitatge (Ibavi) también dispone de varios domicilios en la zona, que de momento no entrarán en el programa de alquiler social. El Ibavi se excusa en que no dispone de dinero para rehabilitarlos. Lo mismo sucede con las entidades bancarias: si quieren participar en el programa municipal de alquiler, deben pagar las cuotas de la comunidad y asegurarse de que no haya okupas en la propiedad. Sin embargo, en muchas de sus viviendas en Corea hay gente dentro de forma ilegal.