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Corrupción en la Policía Local

La Patrulla Verde permitía que un restaurante tuviera ratas en la cocina

El empresario de varios locales de restauración de Palma también tenía en nómina a varios policías locales implicados en la trama corrupta

El juez une la mafia laboral, que explotaba restaurantes, con la trama de la Policía Local. m. o. i.

La Patrulla Verde de la Policía Local de Palma permitía que un restaurante situado en la Avenida Antonio Maura, cerca del Borne, continuara abierto, a pesar de que en la cocina se había detectado la presencia de ratas y de cucarachas. Debido a que varios de los agentes investigados por corrupción, supuestamente, recibían un sobre con dinero del empresario de restauración, los policías, o bien no hacían inspecciones, o avisaban al dueño cuando estaba previsto algún tipo de actuación policial. Mientras que este local recibía un escandaloso trato de favor, los otros negocios situados en la misma avenida de Palma sufrían constantes inspecciones policiales.

La situación de este local la han descrito varios empleados que estuvieron trabajando para el empresario implicado en la llamada mafia laboral. Se trata de trabajadores que en su momento denunciaron las ilegales condiciones laborales ilegales condiciones laboralesque sufrían, hasta el extremo de que el juez envió al empresario a prisión.

Este testigo detalla que los policías locales de la Patrulla Verde acudían con cierta frecuencia al restaurante donde trabajaba. Nunca iban con uniforme, sino con ropa de calle. Por eso, los empleados no sabían que eran policías. Solo lo sabía el encargado. Pero no acudían a este restaurante para realizar una inspección y comprobar el estado de las instalaciones. Acudían a comer y beber gratis. Muchas veces los policías coincidían con los dueños del restaurante, con los que conversaban, mientras comían y bebían. Solían sentarse en la terraza del restaurante, que no cumplía las normativas municipales, según se detalla en la declaración.

Los empleados se negaban a utilizar la cocina porque había una plaga de ratas y de cucarachas. El propietario no llamó a una empresa especializada de exterminio de roedores o insectos. Pidió ayuda a un especialista, pero usó a sus empleados para que colocaran las trampas por la cocina. Los empleados tuvieron que utilizar los botes de gel que se emplean para matar cucarachas y colocar las trampas para cazar las ratas. Nadie les indicó la forma cómo se debían utilizar estos productos. No se valoró el peligro que corrían los empleados y, mucho menos, los clientes. Después de manipular estos productos tóxicos, los trabajadores se limitaban a lavarse las manos y a continuación manipulaban los alimentos que se elaboraban en la cocina.

Este empresario, junto a su hermano, es propietario de varios restaurantes de Palma, que recibían el mismo trato de favor. Esta situación no era gratuita. Varios testigos presenciaron como los policías locales investigados por corrupción acudían a la oficina de la empresa, ubicada en la calle Colom, donde supuestamente recibían un sobre con dinero, a cambio de que no se inspeccionaran los restaurantes.

El testigo, y varios de sus compañeros, identificaron sin duda alguna a los policías que consumían gratis en el local y después cobraban los sobres. Todos ellos han sido imputados en esta investigación que dirige el juez Manuel Penalva Manuel Penalva y el fiscal Miguel Ángel Subirán, que persiguen a los agentes, la mayoría de la Patrulla Verde, que recibían sobres con dinero a cambio de avisar a los empresarios con anterioridad a las inspecciones o, simplemente, no realizar ningún tipo de comprobación en el local.

También destaca el testigo las insinuaciones sexuales que dedicaban dos de los policías locales, que supuestamente también recibían sobornos, a las camareras del restaurante. "Qué suerte tienen los pantalones que llevas puestos", le indicó uno de los policías a la camarera, después de pasarle la mano por el trasero.

Los propios empleados de los restaurantes llegaron a comentar el motivo por el que no recibían inspecciones y otros locales sí.

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