Los técnicos de Emaya han revisado la estación de bombeo de aguas residuales, las tuberías y los pozos de gravedad situados en las inmediaciones de Cala Gamba y han descartado que los malos olores denunciados por los vecinos de la zona y el pasado martes por el grupo municipal del PP no se deben a vertidos fecales.

Desde la empresa se indicó asimismo que técnicos y responsables municipales se han reunido con el jefe de la demarcación de Costas de Balears, quien se comprometió a colaborar para solucionar el problema de la acumulación de hojas muertas de posidonia conocida popularmente como alga.

Asimismo, se han retirado en la primera mitad del año 1.100 toneladas de posidonia acumuladas sobre la playa, lo que representa el 85% del alga retirada a lo largo de todo el año pasado.

Emaya recuerda que es responsable de la limpieza de las zonas de baño que no están incluidas en las concesiones de playas, por lo que entre de lleno en su responsabilidad la de Cala Gamba.

En ella se acumulan frecuentemente hojas muertas y otros restos de posidonia, procedentes de las praderas de esta planta marina que crece en la bahía de Palma, cuya presencia es fundamental para el equilibrio del ecosistema y constituye un indicador de la buena salud del fondo marino.

Con las corrientes estos restos vegetales llegan a la costa y se acumulan en algunos puntos del litoral debido a su morfología o por la presencia de estructuras artificiales, como es el caso de la escollera del puerto deportivo de Cala Gamba. En Palma también se producen acumulaciones en el Caló de Son Caios en Can Pastilla y en Cala Pudent, del Carnatge.

Descomposición

Su descomposición con las elevadas temperaturas del verano provoca, en condiciones de falta de oxígeno, que se desprenda ácido sulfídrico, que genera malos olores, según indica la empresa.

Por ello, y con el fin de evitar estos malos olores, Emaya retira los restos de posidonia acumulados para reducir al máximo las molestias a los vecinos.