El tripartito de Cort quiere evitar en un futuro que se reproduzcan los problemas de ruidos y saturación que se están dando en calles peatonales como Fàbrica y Blanquerna. Para ello, el teniente de alcalde de Modelo de Ciudad, Antoni Noguera, ha anunciado que antes de que se apruebe la ejecución de un nuevo eje cívico se va a proceder a la aprobación de un plan de usos con el fin de limitar el establecimiento de locales de ocio y evitar desde un principio problemas de convivencia y de ruidos.

Estos planes se incorporarán además en el futuro Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que se está redactando en estos momentos. Lo ejes cívicos son figuras cuya ejecución ya se contemplaba en el Plan General de 1985, cuya finalidad consistía en la creación de áreas de covivencia y de actividad a lo largo de las barriadas del Eixample, utilizando las principales calles radiales que parten de las Avenidas. Ha sido una figura poco desarrollada puesto que, a lo largo de estos años, solo se ha ejecutado una parte del previsto en las calles Blanquerna y Cotlliure, además de ejecutar el de Fàbrica.

En el programa de gobierno del tripartito se prevé desarrollar algunos de estos ejes, a razón de un tramo anual, aunque no se determina cuál. De esta forma, probablemente el futuro Plan General recogerá nuevamente la ejecución de los ejes cívicos ya previstos, incluidas las prolongaciones de los existentes en las calles Fàbrica y Blanquerna.

Además de los dos anteriores, en el avance de planeamiento del nuevo PGOU, aprobado definitivamente a finales del pasado mandato, se contemplaban otros cinco ejes cívicos que, en principio, se mantendrían en el nuevo documento urbanístico.

De esta forma, uno de estos ejes uniría las Avenidas con Son Cotoner a través de las calles Rafael Rodríguez Méndez y Francesc Martí Mora; otro se ejecutará en Arxiduc Lluís Salvador, un tercero arrancará en Nuredunna para continuar por Francesc Manuel de los Herreros, Arquebisbe Aspàreg e Indalecio Prieto, otro incluirá General Ricardo Ortega y el séptimo se ejecutará en la calle Pérez Galdós.

El plan de usos determinará qué actividades se pueden desarrollar en cada uno de los ejes cívicos, que son calles que no necesariamente deben ser peatonales, aunque se da preferencia a los peatones. Con el fin de que los vecinos puedan estacionar sus vehículos, se prevé que haya aparcamientos al principio y al final de cada eje.

Con los planes de usos se pretende que las actividades comerciales permitidas en las plantas bajas de los inmuebles y la posible ocupación de la vía pública no supongan una saturación de personas, negocios o establecimientos de ocio que a la larga sean perjudiciales para los residentes.

Según explicaron Antoni Noguera y el gerente de Urbanismo, Joan Riera, en el nuevo Plan General no se prevén los denominados polígonos de ocio, como tampoco se contempla por otra parte en el planeamiento actual, por lo que estas actividades tendrán que convivir en las actuales zonas residenciales.

Para Riera, se trata de una cuestión de "modulación y de intensidad", de ahí la necesidad de establecer límites al establecimiento de locales y actividades de ocio nocturno con el fin de evitar las aglomeraciones en zonas residenciales que se han producido en los últimos 20 años en sa Llotja, por ejemplo, o más recientemente en sa Gerreria.

El fenómeno no se ha reproducido en sa Calatrava, puesto que esta barriada cuenta desde principios del actual milenio de un denominado Plan Especial de Reforma Interior (PERI) de usos incorporado al Plan General, que establece dónde, en qué condiciones y cuántos establecimientos se pueden abrir en una determinada calle o plaza en función de su anchura o de su superficie. Tal como indicaron tanto el teniente de alcalde como el gerente de Urbanismo, el nuevo Plan General incorporará también un plan de usos diferenciado por barriadas, lo que permite, además de evaluar los usos problemáticos existentes en estos momentos, detectar sus carencias y diseñar unos barrios con mayor diversidad.