"32, 15, 25, menos 12, 5". No transcurren ni dos segundos y Bayán responde: "65". Para hacer el cálculo ha utilizado un ábaco, pero hubiese tardado lo mismo mentalmente, porque su cerebro tiene totalmente interiorizado este juego de fichas para realizar operaciones aritméticas -"es una calculadora de pantalla táctil y sin pilas", bromean-. "Cuando vi un ábaco por primera vez, con tantas bolas -dice Mohamad-, pensé "madre mía, vaya rollo", aunque ahora que ya sabemos es muy divertido". Los hermanos de 15 y 10 años, respectivamente, son los campeones de Balears de cálculo y el sábado quedaron en segundo lugar -cada uno en su categoría- en el campeonato a nivel nacional organizado por el programa de desarrollo mental Aloha Mental Arithmetic, en el que han participado 400 niños de todo el país.
Estos palmesanos de origen sirio y residentes en Son Cotoner se iniciaron hace cuatro años en el citado programa. "Pasé por la plaza de España, donde había un puesto en el que informaban de ello, y me pareció interesante", como explica la orgullosa madre, Maissoun, que tiene otro hijo de dos años y medio llamado Omar y ya "juega con el ábaco como si fuese un coche", según detalla Mohamad. Los Almasri Alhalabi no son superdotados, sino unos "niños normales, aunque han aprendido a desarrollar los dos hemisferios del cerebro y eso es lo que les permite hacer este tipo de operaciones tan rápido. En el sistema educativo occidental, se entrena sobre todo el hemisferio izquierdo, pero con el programa equilibramos ambos, porque es muy beneficioso para aumentar la capacidad resolutiva, no solo para hacer cálculos, y lo puede hacer cualquier niño", explica la subdirectora de Aloha España, María José Lluy.
Otras habilidades que se van desarrollando con esta práctica son "la memoria fotográfica, la creatividad y la capacidad de concentración", enumera. Bayán lo confirma: "No necesito mucho tiempo para estudiar, no me paso tres horas delante de un libro, como mis amigas, y sacamos casi las mismas notas. Cosas como los mapas, por ejemplo, me quedan fácilmente en la cabeza", dice quien cursa tercero de ESO en el instituto Emili Darder. Mohamad estudia quinto de Primaria en el colegio Marian Aguiló y también puede presumir: "La profesora nos dejó utilizar la calculadora una vez y yo no la necesité, era el único que usaba un ábaco". Con el cálculo mental, este sencillo instrumento también está muy presente, porque en Aloha les enseñan a imaginárselo y mover los dedos de una mano como si estuviesen subiendo o bajando las características bolas.
"Es como ir al gimnasio, que desarrollas fuerza muscular y te sirve para muchas cosas. Con el cerebro pasa lo mismo, ellos lo desarrollan a través del ábaco y el cálculo mental, aunque después lo utilizan en cualquier ámbito de la vida", en palabras de Lluy.
Hasta raíces cuadradas
El programa de cálculo, que se realiza en 19 colegios de Palma, tiene diez niveles para niños de cinco a siete años y ocho niveles más a partir de los ocho años. En el primero ya aprenden a sumar y restar números de cinco dígitos cada uno. Mohamad está en el nivel ocho de su categoría y las operaciones incluyen decimales, multiplicaciones y divisiones. Bayán, quien ya ha acabado el programa, es capaz de resolver raíces cuadradas mediante este sistema de aprendizaje.
Su rutina diaria se ha visto trastocada este fin de semana por el campeonato nacional de cálculo mental, en el que han quedado finalistas, aunque lo que realmente les quita el sueño es la guerra de Siria. "Mi abuelo por parte de madre y mis dos abuelos por parte de padre viven allí y estamos tristes por todo lo que está ocurriendo", cuenta el hermano mediano. "Cada día matan a mucha gente y no dicen nada en la tele, pero cuando hay un muerto aquí parece que han matado a medio mundo", razona. Bayán habla de los refugiados y pide al Gobierno que acoja más, "como hacen otros países".
