"Ya comienzan a dudar los que habían tomado una decisión que parecía inamovible". Con esta y otras frases animó el portavoz de la plataforma ciudadana Salvem es monument de sa Feixina a los congregados ayer en el parque. Unas 300 personas acudieron al mediodía a la concentración, en la que Tomeu Berga pidió a Cort "que desista de la demolición y catalogue" el obelisco erigido durante el franquismo.

El cuarto acto convocado por este motivo en menos de un año contó con música de habaneras a cargo del grupo Trenc d´Auba y una torrada prevista para 600 personas. La concentración se inició sobre las 11 y participaron los grupos municipales del PP y Ciudadanos, los primeros muy aplaudidos y entre los que se encontraban la portavoz en Cort, Marga Durán, y los concejales Lourdes Bosch y Josep Ignasi Aguiló. El portavoz de la entidad en defensa del monumento les agradeció su colaboración, así como la de la federación de las asociaciones de la Gent Gran de Palma, que se sumó a la nueva convocatoria.

Tomeu Berga comenzó el acto con el grito de "¡sa Feixina no se toca!", que fue coreado por los asistentes mientras mostraban carteles amarillos con el mismo lema y un dibujo del obelisco construido en homenaje a las víctimas del crucero Baleares durante la Guerra Civil. Después de enumerar las asociaciones de vecinos y entidades cívicas que forman parte de la plataforma, "un movimiento ciudadano que está creciendo y no parará hasta que desistan de la demolición", su portavoz destacó que pueden llegar a conseguir su objetivo, debido a que en Cort "empiezan a dudar". Si siguen "por el mismo camino", lograrán que el actual equipo de gobierno recapacite, ya que comienza a "aflojar", como concluyó antes de dar paso a la música de habaneras.