El tránsito de Mercurio ante el Sol no fue visible ayer desde la capital balear porque la jornada estuvo nublada, por lo que habrá que esperar hasta dentro de tres años para asistir de nuevo a este fenómeno que el presidente de Astromallorca, Alfredo Boned, calificó de "espectáculo". Cinco astrónomos se establecieron en el Baluard del Príncep durante todo el día de ayer con potentes y sofisticados telescopios para observar "el planeta más difícil de ver por su proximidad al Sol", en palabras de Boned.

La última vez que lo lograron fue en 2006 y en todo el siglo se podrá observar 13 o 14 veces, tal como especificó. Aunque no fue visible, el tránsito de Mercurio por delante del disco solar empezó a las 13 horas y "lo más destacado es la entrada y la salida, porque tiene forma de gota, muy b0nita, interesante e incluso artística", según lo definió el presidente de Astromallorca, quien estuvo acompañado por Eduardo de la Cruz, Miquel Ginard, Tomeu Mas y Domingo García.

También sorprende el tamaño del planeta comparado con el astro rey y verlos juntos "es una ocasión perfecta para hacerse una idea de las proporciones del Universo, ya que Mercurio es casi un puntito. No se ve ningún detalle y cualquier mancha solar es más grande que el planeta", con 4.878 kilómetros de diámetro frente a los 1.400 millones de kilómetros de diámetro del Sol.