La empresa municipal de limpieza Emaya sustituye las antiguas y ruidosas sopladoras que funcionaban con gasolina por unas mucho más silenciosas que no gastan combustible y solo necesitan una batería eléctrica.

La compañía pública ha adquirido 23 aparatos que reemplazarán a las de gasolina y 46 baterías eléctricas para alimentar las sopladoras. En total, han Costado 42.500 euros a las arcas públicas. En total, dispondrá de más de 40 sopladoras eléctricas que se utilizarán a diario en las rutas de limpieza de Palma.

Según explicó ayer la presidenta de Emaya y concejala de Ecología de Cort, Neus Truyol (Més), los nuevos dispositivos tienen "tres objetivos: rebajar los ruidos, reducir el uso de combustibles fósiles y aminorar los gases de efecto invernadero, lo que contribuye a la lucha contra el cambio climático".

Las sopladoras eléctricas que ha comprado Emaya no superan los 65 decibelios a máxima potencia. Emiten, de media, 23 decibelios menos que las antiguas de gasolina y también reducen notablemente la emisión de vibraciones.

"Habíamos recibido muchas quejas de los vecinos que sufren ruidos de la limpieza. Como que las sopladoras nuevas no funcionan con gasolina, hemos calculado que ahorraremos al año unos 10.000 litros de combustibles fósiles, lo que equivaldría a unos 10.000 euros anuales", argumentó Truyol.

Las sopladoras comienzan a trabajar a las seis de la mañana en las calles de la ciudad en equipos de dos trabajadores. Las función del operario que utiliza la sopladora es juntar la suciedad para que la máquina barredora que va detrás cepille el pavimento a la vez que aspira la basura y las hojas muertas.

"A primera hora de la mañana hay gente que todavía duerme, pero es el momento en que la ciudad está más tranquila y se puede hacer una limpieza más eficiente. Por eso hemos preferido cambiar las máquinas y no los turnos de trabajo", razonó la concejala.

Otra de las ventajas es que los trabajadores de Emaya ahora no deberán manipular gasolina para recargar el depósito de las sopladoras. Las baterías tendrán una autonomía aproximada de tres horas y medias. Cada dispositivo tendrá a su disposición dos mochilas con batería que les permita cubrir por completo la jornada laboral. Tras recibir formación sobre su uso y mantenimiento, a partir de esta semana comenzarán a utilizar las nuevas sopladoras por las calles de Ciutat.