Palma es la tercera capital de provincia española donde se imponen más multas de tráfico, solo por detrás de Madrid y Barcelona y por encima de otras ciudades a priori con mayores problemas circulatorios, como Valencia o Sevilla. Esta es una de las conclusiones de un estudio realizado por la compañía de seguros Línea Directa, a partir del número de sanciones impuestas en cada ciudad y el número de clientes que tiene la compañía. El informe destaca además la enorme diferencia entre la cifra de multas de las ciudades que encabezan el ranking y el resto de municipios. En Palma, por ejemplo, se sanciona seis veces más que en otras ciudades.

Según el informe elaborado por la compañía de seguros, la ciudad donde se ponen más multas de tráfico en todo el Estado es Madrid, seguida de Barcelona. Previsible, tratándose de las ciudades más pobladas y con mayor flota de vehículos en circulación de España. La sorpresa surge en el tercer puesto, ocupado por Palma. Por detrás de la capital balear vendrían las ciudades de Granada, Bilbao, San Sebastián, Sevilla, Valencia, Málaga y Valladolid.

Por contra, las ciudades con menor presión sancionadora serían Guadalajara, Huesca, Teruel, Cáceres, Badajoz y, cerrando la lista, la ciudad que podría ser considerada el paraíso del automovilista: Jaén.

Cinco veces más que la DGT

Otro dato relevante del estudio es que los ayuntamientos multan cinco veces más que la Dirección General Tráfico (DGT). Para alcanzar estas conclusiones Línea Directa ha analizando las multas de sus 1,8 millones de asegurados. En concreto se ha fijado en 675.000 multas de todas las administraciones y ha centrado el análisis en 377.720 impuestas en las capitales de provincia.

Y lo ha hecho con los sanciones de sus asegurados porque mientras la DGT publica sus datos de multas y recaudación, los ayuntamientos, "salvo honrosas excepciones", como Madrid, por ejemplo, no los hacen públicos, como resaltó el director general de Línea Directa, Francisco Valencia.

Pese a que los consistorios multan más, la media de la sanción es más baja que la de la DGT: 195 euros frente a los 210 de Tráfico.

Según los datos, el 76 por ciento de las multas de circulación las imponen los ayuntamientos, el 14 por ciento la DGT y el 10 por ciento restante otras administraciones (los servicios de tráfico de Cataluña y País Vasco, algunas diputaciones y cabildos).

Además, el estudio contiene una encuesta que revela que cuatro millones de conductores reconocen que han sido multados por su ayuntamiento hasta cinco veces en los cinco últimos años, pero esa presión no ha redundado en un mejor comportamiento: seis de cada diez admite que pisa el acelerador más de lo debido de forma habitual.

Tampoco la presión sancionadora ha tenido un efecto positivo en la siniestralidad, ya que desde 2011 el número de accidentes con víctimas se ha incrementado un 20 por ciento en zona urbana y el número de fallecidos ha descendido solo un 3,5 por ciento frente a la disminución en un 22 por ciento en la vías interurbanas.

Francisco Valencia dejó claro que, frente a lo que se cree, la mayoría de las multas de los consistorios (el 70%) están directamente relacionadas con la seguridad vial (sobre todo por velocidad) y sólo el 30 % con la movilidad o el aparcamiento.

Nueve de cada diez conductores, según los resultados de la encuesta, cree que el objetivo de las multas es recaudatorio, y seis de cada diez piensa que los radares persiguen obtener "cuanto más dinero, mejor". De todos modos, hay menos multas en las capitales, probablemente debido a la crisis al haber menos movilidad