Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Palma a la vista

Un barrio muy educado

Arquitecturas como ésta son posibles en una ciudad de contrastes. L.D.

El tiempo le ha hecho justicia a un barrio, Son Espanyolet, que hasta hace no mucho -ni cinco décadas, probablemente- era puro campo, tierra de pasto para ovejas, cabras. Hace cincuenta años no era una quimera encontrarse pastores en las cercanías de Palma. Sin ir más lejos, en el actual Son Espases, camino de la Universitat, se veía a un hombre pequeño, enjuto que calaba sus pipas de tabaco de pota con la mirada perdida aparentemente. No había cordero que se le escapase.

Hoy el barrio comprendido a lo largo y entre las calles que rodean a la calle de Son Espanyolet, tiene su origen como tantos otros en una posesión, la que le da nombre. Casi, porque la finca se llamó antiguamente Son Espanyol. Se concentraba entre el camí de Son Rapinya, al sur de Son Dureta y en el este, lindaba con Son Cotoneret y Santa Catalina mientras que Son Puigdorfila lo limitaba por el oeste.

A saber qué motivó que en esta zona se hayan situado muchos de los colegios de la ciudad: San Cayetano, Sagrado Corazón, Mata de Jonc y el C.P. Son Espanyolet. En 1910 fueron los frailes ligures los que fundaron el seminario de los Teatinos y en 1966, abrieron el colegio de San Cayetano. Pero serían las monjas del Sagrado Corazón las que le echaron el ojo al barrio antes ya que en 1902 compraron un terreno en el camino de Son Espanyolet. Construyeron un colegio para niñas que sería derribado en 1972 para hacer uno nuevo.

En 1975, se creó Mata de Jonc la primera escuela de Balears que imparte todas sus clases en catalán. Es aconfesional, a diferencia de los otros centros que también se han establecido en un barrio muy educado.

Entre sus calles, uno puede jugar a la rayuela, o a conions, si es que hay niños que sepan qué son. Es igual, los juguetes serán distintos, pero lo que no ha cambiado es la necesidad del juego en la vida. En barrios como éste es posible que se aparquen las consolas y se eche la vista al cielo, buscando nubes para pintarlas. Quizá en un tablet, pero eso es igual.

La población en este barrio del oeste de la ciudad asciende a unas siete mil personas. Los vecinos se conocen entre calle y calle.

El barrio, al que durante años se accedió gracias a la línea de varios tranvías, mantiene su cuota de tranquilidad aunque lentamente está alcanzando el eco del crecimiento de una ciudad hecha al amparo de inversiones extranjeras que buscan su trocito en la capital de "la mejor isla de España" y "la sexta, de Europa".

Antes de que los portales diseñaran nuestras vidas, antes de que eligieran los paraísos del mundo, atendiendo a criterios comerciales básicamente, ya se sabía que Mallorca abrigaba un colectivo heterogéneo de personas. Miren si no cuántas portadas estamos ocupando... ¡Ya solo nos faltaba un presunto yihadista!

Compartir el artículo

stats