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Palma a la vista

Agua y grafiti en Honderos

Milen, una de las hermanas Salvà, de Hidro Balear, contempla los dibujos del local. L.D.

"El sueño de cualquier grafitero es tener extensiones grandes para aplicar el spray", apunta Juana Salvà, propietaria de Hidro Balear junto a sus hermanos Milen y Toni. Los tres son la segunda generación de esta empresa fundada por su padre Antonio en 1984. Son referente en el mundo de las piscinas. Actualmente con un amplio despliegue en República Dominicana y México.

Su local principal está situado en la calle Honderos. Sus más de doscientos metros lineales de cerramientos han sido objeto continuado de gamberradas llegadas en forma de garabato. Juana, que es gran aficionada al street art, -"vivo en el casco antiguo y veo muchos, y me gustan, aunque no todos"- señala, pensé en "aliarme al enemigo". Es práctica común y acuerdo implícito que no se toque sobre una pared, una valla, una puerta, ya trabajada por otro grafitero. Por ello, les encargó a Emea y Verni (nombres artísticos) trabajar en las puertas y escaparates del negocio.

"No es problema trabajar juntos porque nos conocemos desde que somos pequeños, y ya hemos pintado juntos en 2008", señalan. No quieren dar sus nombres. Son fieles al ideario del grafitero. Uno de ellos, Emea, es diseñador y él otro, Verni, diseñador gráfico.

Con muchos metros de valla por delante, un handicap "porque al tener la superficie ondulada es mucho más complejo trabajar la línea", decidieron entre ambos buscar en el agua el leit motiv que les inspirase.

"Pensamos que sería mejor elegir un tema general que explicase historias. El agua es un tema popular. De ahí que hayamos optado por colores pop. El agua no tiene ni forma, ni color. Hemos optado por la abstracción", detallan. Ellos describen la serie de 'teselas' del negocio como pop cubista. Cinco son los colores elegidos en gama pastel, básicamente.

"No es en esencia un limpia fondo. Buscamos que las personas se puedan identificar", añaden. Quien les conoce, les distingue. Cada uno ha trabajado sus vallas.

Los hermanos Salvà están satisfechos del resultado que se inició hace poco más de mes y medio. Cuentan que a principio algunos vecinos les advirtieron con temor de que estaban pintando sus vallas. Ellas les tranquilizaron. Es un grafiti consentido. De encargo. Los artistas indican que hubo críticas, "pero después les gustó".

Emea es de la opinión de que "el grafiti ha de ser ilegal". Por ello, no comprende que se pida permiso al Ayuntamiento para hacer street art, "porque eso no está en su definición". Su amigo considera que "hoy se le llama grafiti a todo". Ambos creen que "en Palma, no hay cultura visual; la gente está más dispuesta a aceptar un nombre que ver si en su trabajo hay calidad o no". Piensan que las instituciones "se están apuntando a un carro que no conocen". Con todo, aseguran que "en Palma hay un buen nivel de artistas del grafiti".

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