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Sa Torreta

Juego de elipses en Sant Antoniet

La iglesia de Sant Antoniet y su claustro están casi siempre abiertos al público. Es una oportunidad para, aprovechando los paseos por la zona, contemplar...

La cúpula se adapta a la planta de la nave principal. L. DURÁN

La iglesia de Sant Antoniet y su claustro están casi siempre abiertos al público. Es una oportunidad para, aprovechando los paseos por la zona, contemplar uno de los conjuntos arquitectónicos más singulares de Palma. El dominio de la cruz latina o del rectángulo ha sido reemplazado por un juego de elipses y semielipses.

La orden hospitalaria antoniana se estableció en la isla poco después de la conquista. Era una rama de los agustinos dedicada a curar, o al menos atender en su desdicha, a los enfermos del llamado foc sagrat o foc de Sant Antoni una enfermedad producida por un parásito del centeno que causa erupciones en la piel y que siglos atrás era de difícil sanación.

La orden tenía el privilegio exclusivo de pedir limosna en nombre del santo y sus obreries, que se identificaban con la letra tau griega, estaban entre las más poderosas de la isla. Aunque la iglesia y el hospital adjunto fueron ampliados en varias ocasiones, es en 1729 cuando, según explica Antònia Maria Perelló en Esglésies dels segles XVII i XVIII de Ciutat de Mallorca, se emprendió la reforma global que ha llegado hasta nuestros días. El claustro es de este mismo año; cuarenta después el obispo Garrido de la Vega bendijo el nuevo templo. Apenas veinte años antes de que Carlos III suprimiera la orden.

La fachada es modesta, solo destaca la imagen de Sant Antoni, que en una mano sostiene el foc como símbolo de la enfermedad que allí se curaba. Dentro se observa la singularidad de la planta del templo. La elipse principal forma la zona en la que se ubican los fieles. El eje mayor está paralelo a la fachada y tiene tres capillas en cada extremo. En cada lado del eje corto hay una semielipse: en una está el presbiterio; la otra es el ingreso al templo. Hay que salir fuera para descubrir la otra forma ovalada: el claustro. En este caso su eje mayor es perpendicular a Sant Miquel y al eje mayor del templo.

Entrar en Sant Antoniet y en su claustro nos descubre una arquitectura infrecuente. Aproveche la oportunidad en cuanto vea la puerta abierta. Miles de turistas ya lo hacen.

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