Colas de clientes como no se había visto en años. Así fue el primer día de liquidación de Casa Roca, el comercio emblemático de Palma que esta semana ha comunicado su cierre. Durante la mañana se acumuló la clientela hasta el punto de que la propietaria, Catalina Torrents, abandonó la oficina y salió a despachar en varios momentos.

A mediodía la tienda estaba llena e incluso cerraron las barreras con compradores dentro del local para evitar que llegaran más personas al interior. Algunos de los más de 12.000 productos que tienen inventariados se agotaron a las pocas horas de colgar los carteles de liquidación. La mayoría de objetos tienen un 30% de descuento, aunque en ciertos casos alcanzan el 50%.

El alcalde, José Hila (PSOE), expresó su preocupación por el cierre de comercios emblemáticos, "porque son parte de la identidad y la historia de Palma" y, a través de las redes sociales, ofreció los servicios de la agencia de desarrollo local Palma Activa "para buscar un relevo al frente del negocio", en caso de que la dueña cambie de opinión y quiera traspasarlo.

Sin embargo, la decisión de vender en edificio en su conjunto parece irreversible. Al menos cinco inmobiliarias mallorquinas se acercaron ayer hasta la tienda para ofrecerle sus servicios a Catalina Torrents.

La formación El Pi Palma reclamó a Cort que elabore un catálogo de comercios emblemáticos de la ciudad para protegerlos y también pidió que se aprueben incentivos fiscales para evitar el cierre de las tiendas con solera.

Esas fueron las primeras reacciones a la noticia que avanzó el miércoles la web de Diario de Mallorca sobre el cierre del histórico local. Las diferentes informaciones sobre Casa Roca publicadas en el portal digital recibieron más de 40.000 visitas de los internautas y fueron muy comentadas en las redes sociales, sobre todo para lamentar la clausura de la tienda de la calle dels Hostals.