El Ángel Custodio que hace de veleta en la torre del homenaje de la Almudaina orientaba en la Edad Media a los navegantes que se aproximaban a la Bahía, ya que les señalaba con el brazo de dónde venía el viento. El guía de la ciudad actual es la Federación de Vecinos, que ante Cort da voz a los palmesanos; y su fiesta más importante -con permiso de la Revetla de Sant Joan- es la que se celebró ayer en la explanada del castillo de Bellver: El Diumenge de l'Àngel. El concurrido evento organizado el primer domingo después de Semana Santa llenó de romeros las principales calles de acceso al bosque y permitió que los urbanitas disfrutasen de una jornada campestre sin salir de Ciutat, aunque degustando panades, robiols y bocadillos a la sombra de los árboles.

El momento más esperado se produjo puntual a las 13 horas, cuando la tradicional imagen del Àngel fue portada a hombros desde las escalinatas de Bellver hasta la explanada, donde dio un paseo para deleite de los más pequeños antes de regresar al castillo. Contó con una veintena de acompañantes celestiales y cuatro figuras recién salidas de un mundo de fantasía -un duende que jugaba con los niños, dos zancudas y un malabarista-, la novedad de este año. Encabezó la peculiar procesión la banda de música s'Almudaina y cerraron el desfile la batucada Saravà, el Drac de na Coca echando humo, los Gegants y xeremiers, el grupo de baile tradicional Al Ryad y Tambors per la Pau. Cuando el Àngel fue custodiado de nuevo en la fortificación, la banda y los tamborers continuaron la fiesta junto a las escaleras con música tan animada como La chica ye-ye, que hizo bailar a más de uno antes de empezar a comer.

Oficialmente, la subida en grupo a pie o en bici comenzó a las 11 horas con los xeremiers de Son Roca y la asociación Nordic Walking Palma, aunque pasado el mediodía aún había romeros por la carretera. Uno de los primeros fue José Parreño, que acudió con su bici-avión del SAR (Servicio Aéreo de Rescate) creada con cartón-piedra y madera. "Tengo dos, esta de batalla para subir las cuestas y otra más elaborada para lucirla", como hace en la Diada Ciclista de Sant Sebastià. José, que trabajó en el SAR, forma parte del colectivo Biciutat, una de las entidades que ayer instaló un puesto en el Diumenge de l'Àngel, al igual que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, los voluntarios y arqueólogos de la excavación de sa Galera, y como no podían faltar, muchas de las asociaciones que componen la Federación de Vecinos.

Entre las variadas actividades que se celebraron durante toda la jornada, los niños se divirtieron en el circuito de educación vial, que realizaron en bicicleta, y los talleres de manualidades, en los que crearon figuritas de ángeles que después los padres tenían que llevar en la mano.

Para los mayores, hubo baile, una actuación del coro de Son Dameto, que abarrotó el patio de armas, y por la tarde, una Diada Castellera y una obra de teatro en la que se escenificaba la frontera impuesta a los refugiados, "una actuación para solidarizarse con quienes claman a las puertas de Europa", destacó el presidente de la federación vecinal.