El centro de Palma está saturados de vehículos, especialmente en verano. Aunque el Ayuntamiento ha suprimido plazas de aparcamiento en las estrechas calles del centro histórico, en los últimos años continúa aumentando la cifra de vecinos que tienen una tarjeta para transitar y estacionar por las Áreas de Circulación Restringida (Acire) de Palma. El resultado es que las zonas Acire están desbordadas. Hay seis veces más tarjetas Acire que plazas de aparcamiento disponibles.

Los datos de Cort constatan que los desplazamientos por el centro con vehículo privado se han incrementado un 7% en los últimos años. Recientemente el regidor de Movilidad de Cort, Joan Ferrer (PSOE), reconoció que uno de los factores era la falta de control municipal sobre las zonas Acire.

La directora de Movilidad, Josa Arola, explicó a este diario que su intención es "hacer cumplir la regulación" de las Acire para "evitar la presión de la circulación de coches no autorizados". La medida prevista será la instalación de cámaras de vigilancia a la entrada de las zonas Acire del centro de la ciudad. Estos dispositivos sustituirán los pilones retráctiles que quedaron fuera de servicio en enero de 2009 por las continuas averías.

A día de hoy la mayoría de zonas Acire no están vigiladas, por lo que la única manera de sancionar a los conductores no autorizados en cazarlos in fraganti. Las cámaras solo existen en la entrada de las Acire de Drassana, Sant Bartomeu y es Jonquet. Permiten leer de forma automática la matrícula de los vehículos que acceden al área restringida y sancionan solo a los que no tienen la tarjeta. Además de los vecinos, también pueden circular los negocios para cargar y descargar delante de su local.

Las medidas de control prevén disuadir a los infractores, pero las zonas Acire continuarán saturadas por el elevado número de vecinos con derecho a circular y aparcar en sus calles. El barrio más desbordado es Constitució, donde se han perdido diez plazas de aparcamiento en los últimos tres años: hay solo 6 estacionamientos para 235 coches autorizados. Allí la proporción se dispara a 39 tarjetas por cada plaza de Acire.

También se ha agravado la situación en la plaza del Mercat (27 residentes por párking) y en Santa Eulàlia (14), mientras que se mantiene estable en el Banc de s'Oli (14).

Otro de los motivos de que hayan empeorado las ratios es la pérdida de plazas de aparcamiento. Según los datos oficiales de Cort, entre 2013 y 2016 han eliminado 44 plazas en el Acire Drassana, 28 en el de la Seu (de las que 26 fueron la prohición de estacionar en la calle del Mirador) y 10 en el de Constitució. Los vehículos oficiales - motivo de queja en el barrio de la Seu- quitan aparcamiento a los vecinos de tres zonas Acire: hay 15 plazas reservadas en el de la Catedral para el Parlament, 14 en el de Drassana para el Govern y 3 en Santa Eulàlia para Cort.