La demolición del monolito de sa Feixina prevista por el tripartito de Cort dejará un espacio diáfano. Si bien el proyecto de demolición aún no ha sido aprobado por la junta de gobierno del Ayuntamiento de Palma, ya ha sido ultimado por el departamento de Infraestructuras, después de rebajar a 168.000 euros el coste de la primera propuesta que ascendía a más de 250.000 euros.

Fuentes municipales indicaron que, tras barajar distintas posibilidades para el tratamiento del espacio que va a quedar tras el derribo del monolito, se ha optado por la más sencilla: aplanar la superficie y colocar el mismo pavimento que en las zonas colindantes. De esta forma, quedaría un amplio espacio central en el parque de sa Feixina, que podría ser utilizado para la celebración de actos que requieran de un determinado aforo.

Esta solución también posibilitará que, en un futuro, otro consistorio pueda decidir la implantación de un elemento central de carácter ornamental o de otra índole en este espacio.

Si bien aún no se ha adoptado una decisión definitiva, se prevé que desaparezca, además del monolito, el estanque central alargado introducido en la remodelación de este espacio libre público realizada a principios de la década de los años 90, durante uno de los primeros mandatos del alcalde del PP, Joan Fageda.

Se había contemplado la posibilidad de mantener el estanque con agua, o bien de convertirlo en un parterre en el que se sembraría vegetación. No obstante, finalmente se ha optado por unificar el pavimento y alinear el espacio con el colindante.

Tal como explicaron el alcalde, José Hila, y la teniente de alcalde y portavoz municipal, Neus Truyol, las alegaciones presentadas contra la demolición del monolito por la Plataforma Salvem sa Feixina no van a paralizar los planes municipales.

De hecho, se está a la espera de tener ultimado el pliego de condiciones para que, en un próxima junta de gobierno, aprobar tanto el proyecto de demolición como la licitación de las obras, que se realizará por subasta, lo que significa que puede que haya una rebaja en cuanto al coste de la ejecución de los trabajos.

Truyol indicó que la decisión "cuenta con los avales jurídicos del Consell, del propio Ayuntamiento y con informes favorables de la UIB, por lo que será historia en breve". Calificó como "fuera de lugar" que el ministerio de Cultura "se centre en este monumento fascista" a la hora de defender el patrimonio de la ciudad.

El concejal de Cultura y Memoria Histórica, Miquel Perelló, baraja como fecha posible de aprobación del proyecto a finales de marzo o el próximo mes de abril. Si lo anterior se cumple, las obras podrían estar adjudicadas en mayo.