Cort autorizó ayer las obras de demolición de una parte de la grada del campo de Son Bibiloni, donde juega sus partidos el Mallorca B. El club deportivo deberá derribar las dos últimas filas de asientos, porque están muy cerca de la carretera de Sóller e invaden su zona de servidumbre. Entre la carretera y la construcción deben existir un mínimo de 18 metros, una distancia que la grada no cumple. La demolición le costará 20.000 euros al Real Mallorca.