Unos caminaban más rápido que otros -con o sin bastones-, aunque todos avanzaban, como la igualdad en la sociedad. En la primera edición de la marcha que se celebró ayer con motivo de los actos del Dia de la Dona, no hubo ganadores ni tampoco diferencias de género o edad, como demostraron las amigas Patri Cuadrado y Teresa Cortés, de 70 y 61 años respectivamente, debido a que fueron las primeras en llegar al final del recorrido de la Marxa per la Igualtat Nordic Walking Ciutat de Palma. Tras superar los 11 kilómetros desde Cort hasta el Aquarium, en Can Pastilla, su premio fue "haber participado", ya que para ellas era un reto, porque nunca habían acudido a un evento de este tipo ni caminado tantos kilómetros seguidos. "Pero no será la última vez", aseguraron.

"Normalmente hacemos unos cinco kilómetros dos veces a la semana por la zona de la Vileta, Son Rapinya, Son Moix y vuelta", como indicó Patri, que superó la prueba de ayer "con el menisco roto y sin la uña del dedo gordo", según detalló antes de llamar a su familia para contarles el logro. Numerosos grupos de mujeres llegaron de forma paulatina, cada una a su ritmo, y muchas con una camiseta roja o verde que les identificaba con una de las dos asociaciones de Palma dedicadas a enseñar y difundir el Nordic Walking. María, Catalina y Pilar, que pertenecen a una de ellas, lo practican asiduamente en sus respectivos barrios y ayer hacían juntas el recorrido.

Pero no solo había mujeres, sino también bastantes hombres y algunos niños, incluso llevados a la espalda de los padres. Y los pies y bastones no eran los únicos elementos para avanzar, ya que un par de jóvenes se animaron a participar con los Kangoo Jumps, una especie de calzado con un trampolín en la suela que se está empezando a poner de moda por el paseo Marítimo.

Tres metas

El Institut Municipal d'Esports (IME) estableció tres metas para quienes no se viesen capaces de llegar hasta el final. La primera se encontraba junto a la playa del Molinar -a 3,3 kilómetros de la salida-, en el paseo que todos los domingos se abarrota de gente corriendo, montando en bici, patinando, paseando al perro o los niños o simplemente yendo a alguno de los muchos bares de la primera línea. A todo ello se unió la marcha por la igualdad, cuyos 1.100 participantes se mezclaron con el ajetreo habitual e hicieron un descanso para coger fuerzas en el puesto de avituallamiento. Se terminaron la fruta (plátanos y manzanas) que la organización había preparado, aunque no las botellas de agua, por lo que todos pudieron saciar la sed antes de continuar hasta la meta de Sant Joan de Déu -a siete kilómetros siguiendo por la primera línea- y la de Can Pastilla.

A lo largo del recorrido había 45 voluntarios del IME y siete de Protección Civil, tanto a pie como en puntos fijos. La última parada se empezó a llenar a partir de las 12,30 horas, donde los monitores de las asociaciones de Nordic Walking realizaron tres sesiones de estiramientos a partir de las 13,15 horas. Y para finalizar el evento, se realizó un sorteo entre los participantes con dorsal en el que podían ganar un viaje en barco, bonos para el Aquarium, un vale de 50 euros para ropa y bastones de la práctica deportiva que acababan de concluir.

El objetivo era hacer ejercicio y, sobre todo, reivindicar que haya "más mujeres que disfruten del deporte y los beneficios que comporta", así como un mayor número de "implicadas en todos los aspectos de la actividad física", tal como se leyó en el manifiesto antes de la marcha.