Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Palma a Palma

Teleurbanidad

Teleurbanidad

Últimamente, los teléfonos móviles llegan sin manual de instrucciones. Se sobrentiende que todo el mundo sabe utilizarlo. Puede que sea cierto. Parece existir una necesidad es de otro tipo de manual. Concretamente el de la Urbanidad de la telefonía móvil.Porque estos artilugios han revolucionado nuestras vidas de una manera imprevisible. Se han colado en todos los resquicios de la cotidianeidad. Y nos planean problemas relacionales para los que no tenemos respuesta.

Por ejemplo, ¿Hasta qué punto está obligado uno a contestar los mensajes de WhatsApp después de recibirlos? Estás cenando, caminando, leyendo, conversando. Y el pitido fatal te indica que te llegan comunicaciones breves y siempre con acentos de urgencia. ¿Qué es lo correcto? ¿Dejar lo que estás haciendo y ponerte a contestar? ¿Qué falta de educación es peor: abandonar por unos segundos a tu interlocutor real, o dejar en la estacada durante un rato a tu interlocutor virtual? ¿Qué hacer si se amontonan los mensajes? ¿Debe de haber una prioridad? ¿Hay que esperar a llegar a casa para ponerse a hacer los deberes?

Lo mismo ocurre con las llamadas. Estás tomando una cerveza o cenando y llaman. ¿Dejas por unos segundos a la persona que te acompaña o ignoras al llamante? Cada uno resuelve como puede esos problemas. Pero el móvil se infiltra en los ratos de ocio de una forma vampírica. Hasta el punto de que nadie parece renunciar a él.

Hace poco vi en un restaurante un letrero curioso. "A los que no utilicen el móvil durante toda la cena les regalamos un postre especial". Yo, por curiosidad, le pregunté al camarero: "¿Y qué tal ese postre especial, gusta a la gente?".

El camarero se encogió de hombros. "No tengo ni idea. En lo que llevo aquí nadie ha dejado de utilizar su móvil. No hemos servido ni uno".

Compartir el artículo

stats