Alrededor de 500 personas se concentraron ayer en sa Feixina a favor del monumento que fue erigido durante el franquismo en honor a las víctimas del crucero Baleares. La manifestación fue tranquila y pacífica, a diferencia de lo que sucedió el pasado 1 de noviembre, ya que el acto acabó con altercados. La convocatoria fue organizada por la plataforma ciudadana Salvem es monument de sa Feixina -recién creada y formada por 13 entidades-, que solicitó a los asistentes que no hubiese banderas "de ningún partido ni ninguna clase", como dijo el portavoz, Jaume Horrach, desde el escenario, debido a que en la anterior convocatoria -que organizó la entidad Hazte Oír- se vieron banderas falangistas.

Sin embargo, hubo un par de pancartas en las que se podía leer '¿Tiramos también el castillo, la Catedral y na Burguesa?', así como 'Federico, tú vales', dirigida al periodista Federico Jiménez Losantos. Llamaron la atención los numerosos brazaletes con la palabra 'Feixina' y, al inicio de la concentración, la mayoría de los presentes mostraron un cartel azul con la frase 'Sa Feixina no se toca', repartido poco antes del inicio del acto y colgado por las calles de la ciudad.

Entre los presentes estaban el exalcalde de Palma Joan Fageda; el historiador Román Piña; el presidente del Círculo Balear, Jorge Campos; la exdiputada del PP Ana María Aguiló, además de diversos miembros del partido conservador y el empresario Juan Nigorra, entre otros conocidos, junto a unos 500 particulares, según los cálculos de la Policía Nacional, frente a los más de 2.000 que la fundación Círculo Balear publicitó en una nota de prensa bajo el titular: 'La mayor manifestación de la historia de España para salvar un monumento'.

La protesta contra la decisión del Ayuntamiento de derribar este monumento comenzó con la lectura de un manifiesto a cargo de los portavoces de 13 entidades vecinales. Cuando concluyeron, la expresidenta de la asociación de vecinos del barrio de Sant Jaume, Marisé Fernández, pidió además que no cambien el jardín y el público empezó a corear "el jardín no se toca", en referencia a su interpretación de la noticia publicada el sábado por DIARIO de MALLORCA respecto a que el equipo de gobierno remodelará la zona que quede vacía cuando el monolito sea retirado.

Por último, sonó la canción de 'Libertad sin ira' mientras los asistentes daban una vuelta al controvertido monumento.