El abandono de perros se ha incrementado un 14% durante el último año en Palma. Este es el peor dato de la memoria de 2015 del centro sanitario municipal de protección animal. El pasado año 519 canes fueron llevados a la conocida como la perrera de Son Reus tras ser encontrados en la vía pública solos, aunque con el chip identificatorio, mientras que en 2014 esta cifra fue de 453 perros. También aumentaron el número de canes vagabundos (sin ninguna identificación) y las renuncias de los propietarios, es decir, aquellos que entregaron sus mascotas al centro porque no se pueden hacer cargo de ellas. En el caso de los vagabundos, Son Reus recogió 792 canes el año pasado y 730 en 2014; y en cuanto a los que fueron dejados por sus amos, la perrera recibió 535 perros en 2015 y 23 menos el año anterior.

Entre abandonos, renuncias y vagabundos, la cifra ascendió a 1.846 canes sin un hogar, debido principalmente a la escasez de concienciación ciudadana sobre estos seres vivos, a pesar de las campañas informativas respecto a la responsabilidad que supone tener un animal. En relación a los perros vagabundos, no significa que nunca hayan tenido un amo, sino que únicamente el 40% de los canes que los empleados de Son Reus encontraron tienen el chip obligatorio a causa de que la mayoría de los antiguos dueños no pusieron esta identificación. La concejalía de Bienestar Animal incidió ayer en la importancia de que un veterinario coloque dicho dispositivo, entre otros motivos porque "el 91% de los que tenían fueron reclamados y recuperados por sus propietarios. En cambio, de los perros sin chip solo fueron recuperados por los amos un 19%", según los datos del centro.

Datos positivos

Pese a los mencionados datos negativos, la memoria anual de Son Reus cuenta con dos cifras positivas: el incremento de las adopciones y la reducción de los sacrificios. El año pasado fueron adoptados 1.134 perros, además de 449 gatos, una acción en la que está siendo "fundamental la colaboración desinteresada de las entidades animalistas y los voluntarios del centro de Son Reus", ya que trabajan de forma continuada en esta labor, según destacó la concejalía. Este es el principal motivo de salida de los animales de las instalaciones municipales. Otros 656 perros y 37 felinos dejaron Son Reus tras ser reclamados por sus dueños, mientras que 39 canes y 12 gatos fueron trasladados a centros de protección en colaboración con entidades animalistas, según los datos aportados por Cort.

Sacrifican 52 perros

Los sacrificios de animales en Son Reus se han reducido en los últimos años y en 2015 tuvieron que practicar la eutanasia a 52 perros, lo que representa el 3% de los que llegaron vivos, tal como especifica la memoria. Este tipo de muerte es aplicado "en casos extremos de perros que llegan a estar desde 60 hasta 100 días en las jaulas, sin ser reclamados ni adoptados, superando los 21 días establecidos como criterio. Además, en la mayor parte de los casos de práctica de la eutanasia, son perros de razas consideradas peligrosas, que llegan a Son Reus por la renuncia del propietario, por observación sanitaria o por requerimiento judicial, y que no pueden ser adoptados".

No obstante, la concejalía de Bienestar Animal destaca que su objetivo es llegar a eliminar la práctica de la eutanasia.