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Corrupción en la Policía Local

Policías denuncian a compañeros por amenazarles de muerte en la prisión

El 'grupo duro' de la trama de corrupción estaría coaccionando a otros agentes implicados para evitar que colaboren con el juez y el fiscal

Feliciano F., exjefe de la Patrulla Verde, regresó ayer a la cárcel tras concluir su declaración voluntaria. j.f.m.

Varios policías locales de Palma que se encuentran en estos momentos en prisión por corrupción están dispuestos a colaborar con los investigadores, aportando nuevos datos de la trama, pero se encuentran con un inconveniente que les obliga a replantearse esta decisión. En la cárcel están recibiendo amenazas de muerte para que no cuenten lo que saben. Y estas amenazas las lanzan otros compañeros, que también están en prisión por la trama y que constituyen el "núcleo duro" de los policías corruptos.

Debido a la condición de policías, en la cárcel de Palma se ha decidido que estos funcionarios no mantengan contacto con los presos comunes, precisamente para evitar incidentes. Por ello, todos los agentes implicados en esta trama están en el módulo de ingresos. El contacto diario entre ellos es muy estrecho.

En la cárcel se han creado dos grupos claramente diferenciados. Uno lo constituyen los agentes sobre los que hay más pruebas de que se dedicaban supuestamente a extorsionar a empresarios nocturnos y a consumir gratis en los locales, mientras que el otro lo forman los otros policías que, si bien también estarían implicados en estos métodos ilegales, tendrían una participación en la trama mucho menor.

Muchos de los policías que afirman que son inocentes tenían la esperanza de que la Audiencia les dejara en libertad. Pero no ha sido así. El tribunal no ha hecho más que refrendar todos los autos de prisión que ha dictado el juez Manuel Penalva, entendiendo que se trata de unos hechos muy graves y que existen pruebas que justifican que continúen en prisión.

Y ante esta situación varios de estos policías han estado recapacitando en la cárcel y se planteando en estos momentos colaborar con el juez y con el fiscal, ya que así se les presenta una posibilidad de salir de la cárcel. Una colaboración que pasa por aportar nuevos datos que no se conocen y, en la mayoría de casos, incriminarse en los hechos que se están investigando.

Hasta el momento han sido tres los policías locales que han declarado al juez que en la cárcel han sufrido amenazas de los compañeros que en su momento dirigían la Patrulla Verde de la Policía de Palma. Estos policías, a los que se sitúa al frente de la trama corrupta, estarían intentando controlar estas confesiones, porque saben que sus compañeros aportarán nuevos datos que les incriminaría aún más en los hechos que se están investigando.

El hecho de que ya han sido varios los agentes que han señalado que están sufriendo estos episodios de coacciones dentro del centro penitenciario, ha obligado a abrir una nueva línea de investigación y no se descarta que el juez cite de nuevo a los policías que han sido señalados por sus compañeros, para que expliquen estos episodios que se han denunciado.

En estos momentos se encuentran en la cárcel nueve policías locales. No todos los implicados que han pedido declarar voluntariamente ante el juez han quedado después en libertad. El último ejemplo ha sido el exjefe de la Patrulla Verde, Feliciano F., que fue uno de los últimos policías que fue implicado en los hechos y que ayer estuvo declarando durante más de dos horas ante el juez Penalva y el fiscal Subirán. El acusado justificó esta petición de declarar de nuevo porque desde que está en prisión ha tenido la posibilidad de ir recordando episodios sobre la actuación de sus compañeros y quería contarlos. Su declaración, sin embargo, no fue suficiente para que se decidiera su puesta en libertad. Su abogado, Andrés Buades, anunció que tiene previsto solicitar por escrito su libertad, para que el juez se pronuncie.

El pasado martes también declaró otro de los policías que lleva más de tres meses en prisión. El agente también señaló al juez que había estado sufriendo amenazas en la cárcel por parte de sus compañeros.

El policía mantuvo que es inocente y los datos que aportó no fueron suficientes para que se decretara su libertad.

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