Los que ayer aguantaron doce horas sin parar con la Confraria de Sant Sebastià fueron testigos de la verdad de Darth Vader, que confesó desde el balcón de Can Vinagre "Sant Sebastià es mi papá", vieron sobrevolar el brazo incorrupto, llevaron a hombros el cuadro del santo y a otro vivo muy parecido a David Bowie y, por la noche, cuando el alcohol hacía estragos, apareció en la tele el presidente del Gobierno de Franco, Arias Navarro, diciendo: "Españoles, el pregonero ha muerto". Fue sustituido por un profesor de zumba, que intentó dar una clase a la muchedumbre, ataviada con cintas de gimnasia de los años 80. Todo ello ocurrió en la calle Oms, enfrente del bar España, conocido como antiguo Can Vinagre, pero había tanta gente que la fiesta se expandió arriba y abajo.

Empezaron por la mañana, ya que esta cofradía lleva desde su nacimiento reivindicando que el jolgorio de la Revetla sea "tot lo dia", como cantan en su himno. Y eso hicieron muchos. Ya había ambientillo desde el mediodía, aunque el clam (grito) de inicio de las fiestas no fue hasta una hora después. Durante la espera, aprovecharon para retratarse en el photocall de Sant Sebastià. A las 13 horas, la clamatera salió a un pequeño balcón en el interior del bar y pidió permiso al dueño, Mateu, para comenzar.

A falta de pregón por la noche, la impulsora de la Confraria de Sant Sebastià, Kika Coll, quiso aprovechar "el momento balcón" y dijo unas palabras a la multitud apiñada en el local. Quien ahora es también directora insular de Patrimonio se refirió a la cultura popular, que "se fundamenta en el imaginario colectivo de los pueblos" y donde las nuevas aportaciones "enriquecen esta tradición", destacó haciendo un guiño a lo logrado por la Revetla alternativa desde que inició su andadura en 2013. "Ahora que lo tenemos bo, intentaremos llegar a la Unesco. Queremos ser fiesta Patrimonio de la Humanidad", bromeó al concluir y mientras le gritaban "¡balconing!"

Los congregados empezaron a cantar el himno de la cofradía, que se mezcló con los xeremiers y el paseo del brazo incorrupto de Sant Sebastià. Tras el saludo de Darth Vader desde el balcón y su mención al lado oscuro, lanzó el chupinazo y en la calle empezó el chupitazo, con chupitos de Anís del Mono para todos.

Los otros colectivos

Por la tarde siguieron la fiesta en procesión por varias calles del centro llevando a hombros al 'santo' David Bowie. A la misma hora comenzaron su particular pasacalles los organizadores de Sant Kanut, cuyo 'santo' fumaba un enorme porro. Partieron de la plaza de'n Coll y finalizaron en el Parc de la Mar, en el que leyeron un manifiesto procanabis antes de las actividades, el circo y los conciertos preparados.

El colectivo Orgull Llonguet calentó motores en la fiesta de la Confraria y, por la noche, montó su propio jolgorio en la plaza Santa Magdalena con charanga, cabezudos y mucha diversión.