La primera foto que se hicieron juntos los portavoces del pacto de izquierdas antes de formar gobierno fue frente al derribo de Can Bibiloni para simbolizar que en la nueva etapa política no se destruiría más patrimonio, como ocurrió con este edificio. ARCA había luchado durante la pasada legislatura para intentar evitarlo, pero no lo consiguió. La primera decisión del tripartito sobre un bien patrimonial emblemático, el paseo del Born, fue mantener las terrazas, instaladas durante el anterior mandato. La asociación que vela por mejorar la imagen de Ciutat se opuso totalmente, debido a que "alteran los usos y la percepción de la volumetría" de este espacio público de gran valor e incluido en el catálogo de protección de Palma.
Pese a la primera decepción respecto a la preservación del patrimonio, ARCA espera que el equipo de gobierno de Cort actúe frente a los desmanes estéticos que provocan en la vía pública numerosos establecimientos de restauración y ofrece una serie de medidas para poder conjugar el interés privado con la mejora de la imagen de Ciutat y el bienestar de los residentes y viandantes. La entidad proteccionista deja claro que no está en contra de que haya terrazas de bares, porque "pueden contribuir a dar vida e incluso embellecer el paisaje", aunque considera que "deben integrarse en el entorno urbano".
Compartimentación
ARCA afirma que la mirada de quien pasea "tiene que traspasar las terrazas", por lo que estas no deberían "esconder el conjunto" mediante paramentos verticales de madera, vegetales (jardineras) o de plástico, como por ejemplo las llamadas jaimas, que compartimentan el espacio público en beneficio privado. "Se tiene que buscar dar un servicio sin perjudicar la estética ni crear barreras visuales", lo que se logra "prohibiendo cualquier tipo de mobiliario que no sean mesas, sillas y parasoles".
Estructuras metálicas
En la citada prohibición, la asociación incluye además las estructuras metálicas, porque "la calle no es un almacén" y, por la noche, cuando los negocios cierran, estos elementos tienen que quedarse fuera debido a que no caben dentro de los locales. Si el bar o restaurante es pequeño, muchas veces ni siquiera caben las mesas y sillas de fuera, por lo que las dejan en el exterior, algo que la ordenanza no permite, pero ARCA denuncia que ocurre con frecuencia.
Carteles publicitarios
"Los carteles anunciadores en la calle dan una imagen de poca calidad", por lo que la asociación proteccionista cree "necesario evitar la instalación de pizarras o carteles de todo tipo", debido a que las terrazas no son espacios publicitarios. Otro motivo para su prohibición es que ocupan sitio, impiden en muchos casos que los paseantes circulen con comodidad y hasta pueden llegar a ser peligrosos, según donde estén ubicados.
Sin espacio para el peatón
ARCA recuerda que Palma fue ganando durante unos años espacio para el viandante en detrimento del coche y los aparcamientos, haciendo aceras más amplias y zonas peatonales. Sin embargo, "ahora todo esto se ha perdido en gran parte, debido a que la nueva competencia son las terrazas", lamenta. Por ello, exige que haya una proporción para que el establecimiento no tenga más espacio ocupado en el exterior que los propios peatones de la vía pública.
Obstáculos visuales
La multitud de elementos que conforman las terrazas de los negocios de restauración, como la calefacción exterior, los carteles publicitarios de la carta, las jardineras y los paramentos verticales "impiden la visión de conjunto" de bellos y turísticos espacios públicos. ARCA critica que "hoy es imposible hacer una foto armoniosa del paseo del Born, la plaza Joan Carles I o la fachada del Forn des Teatre", en la calle Unió, por ejemplo. La asociación que vela por mejorar el patrimonio de Ciutat incide en que "Palma vive en gran parte del turismo y la imagen es lo que nos hará atractivos para satisfacer las demandas del visitante al que aspiramos, el de calidad".
