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Entrevista

Eva Frade Bravo: "No voté a favor de un alcalde socialista, pero sí apoyé gobernar en Cort"

Frade: "Todavía no me he acostumbrado a las fotos. Espero no acostumbrarme nunca". GUILLEM BOSCH

"En mi casa siempre decían que un día perfecto es aquel en que dedicas un poco de tiempo para ti, un poco de tiempo a tus amigos y familia y un poco a toda la sociedad". Así resume Eva Frade Bravo (Sabadell, Cataluña, 1984) su vocación por el servicio público. Con 19 años siguió la estela de su abuelo y entró en el PSC, donde ocupó la secretaría de organización en las juventudes socialistas de Castellar del Vallès (Barcelona). Se licenció en Derecho y consiguió trabajo en Mallorca en 2007. Tras un par de años en la isla, se apuntó al PSIB. Fue vocal de la Agrupación Socialista de Palma. "Estuve un año y poco y me cansé de las facciones internas y los grandes lobbies". Dejó la política hasta que, a finales de 2014, su círculo de amigos la llevó a los círculos de Podemos.

El número uno de Som Palma, Miquel Comas, la convenció para presentarse a las primarias del partido y, tras la dimisión del cabeza de lista en octubre, se ha convertido en una de las regidoras más jóvenes del Ayuntamiento de Palma. Durante esta primera entrevista como concejala de Cort, responde con detalle a todas las preguntas. Sin rodeos y sin esquivar ninguna de las polémicas que han marcado los primeros meses del mandato.

-Usted ocupó cargos directivos en el PSIB. Se marchó del partido en 2012, y ahora gobierna junto a ellos. ¿No le supone un conflicto interior?

-No, porque tengo la suerte de que la mayoría de gente que forma parte del equipo de gobierno eran los que más respetaba cuando estaba en el PSIB. Podemos tener desavenencias a nivel teórico, pero no a nivel personal.

-¿Trabaja a gusto con ellos?

-¡Claro! Mis divergencias con ellos eran sobre prácticas políticas, no sobre opiniones personales. A muchos de ellos ya les conocía, sobre todo a los del entorno de Aina Calvo.

-En la asamblea de Som Palma sobre el pacto tripartito de Cort, ¿usted votó a favor de integrarse en el equipo de gobierno?

-A decir verdad no lo recuerdo. Supongo que voté sí al pacto de gobierno.

-¿Y a favor de investir a un socialista como alcalde?

-No. Yo no voté a favor de un alcalde socialista, pero sí voté formar parte del equipo de gobierno. ¿Por qué digo que no me acuerdo? Porque durante mucho tiempo planteé que el equipo de gobierno estuviera en minoría con nosotros en la oposición para tener un período de aprendizaje. Aquella semana fue de mucho análisis.

-El exconcejal Miquel Comas fue el principal defensor de remangarse y entrar a gobernar.

-Por eso creo que en la asamblea final voté que sí. Si nos presentamos para gobernar y tenemos la oportunidad, pues entremos.

-¿Se esperaba ser regidora?

-No [Suspira]. Qué va. Yo me presenté a unas primarias pensando que saldría de las últimas de la lista y quedé la sexta. Uf, me dio mucha impresión. Recuerdo la noche electoral viendo en la pantalla que teníamos cinco regidores...

-Que saliera el número cinco de Som Palma, Rodrigo Romero, ya era una sorpresa.

-Exacto. Y por una parte pensaba: "¡Ostras, ¿y si pasa?!". Y por otra: "Ay, como pase". Pero tengo que decir que soy la más feliz del mundo.

-Se lo pregunto de otra forma: ¿Esperaba la dimisión de su cabeza de lista, Miquel Comas?

-No. No, no, de ninguna de las maneras. La marcha de Miquel es una pérdida inmensa para este equipo de gobierno. Espero que cuando se recupere vuelva a darlo todo.

-¿Som Palma está empujando al PSOE hacia la izquierda?

-Espero que sí [Ríe]. No tanto hacia la izquierda, como hacia un nuevo modelo de política. [...] Somos cercanos. No quiero sentirme alejada de la gente y me siento igual de normal que hace tres meses. Me gusta igual irme de cañas, ir al teatro o cenar con los amigos.

-Hablemos de Participación Ciudadana. Las navidades comenzaron de forma amarga con la pitada durante el encendido de luces. ¿Aún cree que fue oportuno leer un manifiesto político desde el balcón de Cort?

-Somos nuevos y aprendemos de nuestros errores. Creemos que no se debería haber hecho el discurso desde el balcón, pero no porque no se tengan que hacer discursos. Sigo pensando que debe haber un factor social y reivindicativo en las fiestas, pero no fue el momento para ese tipo de speeches.

-¿Entonces no lo repetirán el año que viene?

-Para el año que viene hemos decidido que el discurso se hará durante la presentación en rueda de prensa, que creo que es más oportuno. Así dejamos la parte ludicofestiva para el acto público.

-Personalmente, ¿cómo vivió la pitada?

-Me supo muy mal, pero no por mí. Considero que tomo las decisiones que he de tomar y me pueden pitar; soy una persona adulta. Me supo mal que en el balcón estuvieran unos niños que llevan muchos años en Mallorca, que están integrados, que hablan mallorquín perfecto. Son niños pequeños y les hacía muchísima ilusión encender las luces de Navidad.

-En el momento en que media plaza de Cort volvió a pitar fue cuando el alcalde salió hacia el balcón. No creo que la mayoría de gente viera a los niños, porque les tapaba la barandilla.

-Ya digo: nosotros aprendemos. El año que viene la intención no es hacerlo en el balcón, sino en el escenario de la plaza de Cort donde canta el coro para que todo el mundo lo pueda ver. Puedo entender que pites un discurso o un partido político. Desde mi visión, estaban pitando a unos niños.

-Para estas navidades han tenido poco margen de maniobra, porque el anterior equipo de gobierno lo dejó casi todo atado. ¿Habrá cambios en 2017?

-Sí. Este equipo de gobierno considera que hasta ahora se han hecho unas fiestas de mucho lucimiento, pero que se viven poco.

-¿Y a partir de ahora?

-Queremos cambiar el modelo. Que el ciudadano de Palma viva las fiestas y sienta que son suyas, no algo que impone el Ayuntamiento. Introduciremos cambios en los programas de fiestas, las evaluaremos a posteriori para ver qué pide la ciudadanía y las discutiremos con la comisión de fiestas, un ente independiente formado por asociaciones como demonios, ball de bot o vecinos.

-¿Tendremos alguna sorpresa en Sant Sebastià?

-Creo que sí. Se amplían las propuestas más allá de la revetlla. La gente que se acerque a ver el Sant Sebastià en Off, que es el concurso de amateurs, verá que es divertido. Hemos intentado dar un giro al pregón para que sea más ameno, buscando la crítica y la sátira. En el Xesc Forteza habrá un día solidario. Y hay una gran sorpresa preparada.

-El correfoc cambiará de día para que no coincida con Sant Antoni.

-Será el día 23. Soy fan de los correfocs. Hemos cambiado el itinerario de los demonios para que sea nuevo y llame la atención. En la Misecòrdia se creaba un gran atasco.

-La misa de Sant Sebastià quedará fuera del programa de fiestas. Esa también es una sorpresa.

-La comisión de fiestas decidió que los programas fueran laicos. Se llegó a esa decisión tras una hora y media de negociación. Si no hacemos énfasis a ninguna religión, pues tampoco debemos hacerlo a las misas."Quiero que voten 300.000 personas [en las consultas ciudadanas]: ese es mi objetivo"

-¿Y eso se mantendrá para otros programas de fiestas?

-Sí. La idea es diferenciar entre actividades religiosas per se y las que, pese a tener un inicio religioso, han cambiado de objeto. La misa del Estendard tiene connotaciones que superan a una misa normal y se mantendrá en el programa.

-¿Y la Mare de Déu de la Salut, que es la patrona de Palma?

-El año pasado ya se celebró de manera privada y son las cofradías las que hacen las ofrendas. Este año las queremos englobar en las fiestas de verano.

-Volvemos a Sant Sebastià: ¿a qué conciertos irá en la revetlla?

-Pues a todos, porque me toca trabajar [Ríe]. Si no trabajara, iría a ver quién gana el Off. Bailaría Fiesta Pagana, de Mägo de Oz. Recordaría hits de cuando era adolescente de Mojinos Escozíos. Els Pets también me recuerdan la adolescencia, así que iría a cantar un par de temas. Y luego me pasaré seguro por Sant Kanut, siempre he ido."Estuve un año y poco [en el PSIB] y me cansé

de las facciones internas y de los grandes ´lobbies´"

-¿Le convence el cartel musical de este año?

-Es muy difícil hacer un cartel de Sant Sebastià que nos guste a todos. Hay reivindicaciones para tener una plaza de música electrónica y queremos llegar a acuerdos con discotecas del centro de Palma para celebrarlo allí. También tenemos que trabajar para que la oferta cambie; ahora dependemos de lo que nos presentan los promotores. No puedo traer artistas que no se me hayan ofertado.

-En la consulta ciudadana para decidir qué grupos actuarán en la revetlla participaron 2.100 personas. ¿Le satisface la cifra?

-No. Quiero que voten 300.000 personas: ese es mi objetivo. Considero que hacer caso a 2.000 personas es mejor que hacerme caso a mí sola o a mi equipo de trabajo, que somos tres. Es un 0,7% [del censo], pero esa gente ha hecho el esfuerzo de entrar a una web y escoger los grupos que quería. Se merecen que les hagamos caso."Tras cada reunión [de distrito], hago un Excel y se lo envío a los regidores. Ya les tengo un poco hartos"

-¿Cómo mejorarán la difusión para que la ciudadanía sepa cuándo se les consulta y de qué se les pregunta?

-Por un lado, tenemos la responsabilidad y la obligación de estandarizar las consultas y realizarlas constantemente. Hay que mejorar la difusión y simplificar la forma de votación. Por otro lado, para que las consultas funcionen la gente se ha de sentir empoderada. Y eso sale a base de práctica: cuántas más consultas hagamos y la gente vea que le escuchamos, más participación habrá.

-Han prometido presupuestos participativos, que en 2016 se vehicularán a través de los distritos. ¿Cómo podrá votar un vecino las prioridades de su barrio?

-Lo trabajaremos a partir de febrero. Crearemos una aplicación telemática para que la gente pueda enviar sus propuestas y votarlas. Los técnicos de Cort las filtrarán según el coste o el tiempo de ejecución. La idea es que la gente pueda votar entre 50 o 100 propuestas finales mediante la tarjeta ciudadana. Cada persona podrá votar solo las de su distrito.

-Prometieron que los vecinos gestionarían los casals de barrio. ¿A partir de cuándo?

-Nos hemos encontrado que en la última legislatura han hecho cosas sui géneris. Hay casals cerrados a cal y canto, otros están externalizados y los gestionan entidades que hacen lo que quieren, y en otros se dio las llaves a alguien y se le dijo: "Esto es tu casa, haz lo que quieras". Hay anomalías que corregir. La idea es llegar a un nuevo modelo de cogestión de todos los casals de barrio para el 2017.

-Prometieron audiencias públicas de los regidores para que los ciudadanos les pregunten y todavía no sabemos nada.

-En el 2016 comenzamos. Estamos buscando cuál puede ser el mejor formato.

-Las asociaciones de vecinos se quejan de que el papeleo para obtener subvenciones es muy complicado.

-Ningún año se gasta el dinero de las subvenciones. Hay gente que no las pide por lo complicado que es. Hay que buscar otro modelo diferente a la subvención, porque implica un perjuicio grande a las asociaciones de vecinos. Les hacemos endeudarse con un crédito que no cubren hasta que la administración les paga.

-Además de regidora de Participación le toca la Coordinación Territorial. ¿Ha tenido tiempo para visitar los cinco distritos?

-Sí, para los distritos siempre tengo tiempo. La suerte de la coordinación territorial es llevar la voz de los distritos a todo el consistorio. Me gusta mucho tener contacto directo con la gente y transmitir sus quejas. Me hace sentir que trabajo para alguien.

-¿Qué hace para garantizar que las peticiones se cumplen?

-Tras cada reunión hago un Excel con todas las necesidades: qué nos piden, a qué regiduría le corresponde y cuándo debería estar listo. Luego lo envío al resto de concejales del Ayuntamiento. Ya los tengo un poco hartos con este tema [Sonríe]. Una de las cosas que más miedo me da es desconectarme del día a día. Si desconecto, no sabré cómo funciona la ciudad y no podré gestionarla.

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