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Paisaje de escritorio

Paisaje de escritorio

Cada día nos pasamos muchas horas delante de la pantalla del ordenador. Escribiendo, calculando, recibiendo mensajes, navegando. El monitor se ha convertido en una especie de lago de los cisnes. Por cuya superficie se desliza el puntero del ratón. Tantas veces, en tantas direcciones... El ordenador nos produce una falsa sensación de horizontaneidad. Como si cada una de las funciones o las carpetas fueran pequeñas islas flotantes en el océano del escritorio. Vamos de carpetita en carpetita, de icono en icono. Con el convencimiento de que la realidad de todo ese material está expuesta, desplegada, en esa superficie lineal de la pantalla.

En ese aspecto, la vida cibernética se parece bastante a los espejismos de la conciencia. Nos parece que todo es comprensible, lógico, razonable. Que nuestra vida se desarrolla a partir de unos puntos determinados, unidos por una línea imaginaria.

Pero, no. Debajo de la superficie del lago está la profundidad de la subconsciencia. El depósito de los sueños y los misterios de la imaginación. Y lo mismo ocurre con nuestro ordenador. ¿Y si de repente concibiésemos la pantalla como una tapadera de profundidades?

Porque dentro de cada carpeta se esconden una serie de archivos. Y dentro de cada uno de ellos, un depósito de información. Un código, unos parámetros. Si profundizamos todavía más, en el interior de la papelera sobreviven los archivos desechados. Y dentro de la memoria, incluso los archivos borrados que todavía no han desaparecido del todo.

En realidad, el ordenador es una especie de conjunto ignoto de informaciones de las que solo apreciamos una pequeña parte. Nos queda la zona sumergida del iceberg informático.

El paisaje de escritorio debería recordarnos más lo oculto que lo evidente. Del mismo modo que los acontecimientos de la vida cotidiana muchas veces delatan más las corrientes subterráneas de la mente que nuestras ideas conscientes.Al final, el paisaje del escritorio no deja de ser una metáfora más. Totalmente incomprendida por el hombre contemporáneo.

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